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Ningún ser humano tiene derecho de acosar a nadie y menos de estigmatizar a los ciudadanos de un país y pretendiendo hacer creer que son inferiores a los demás

Realmente no se entiende la lógica de los extremistas ultranacionalistas y anti haitianos criollos, quienes de buenas a primeras han entendido que deben atizar toda una persecución a gran escala contra los ciudadanos haitianos -regulares o no- que viven en el territorio nacional y a los que persiguen tachándoles de invasores en nuestra nación.

Lo sorprendente es, que hasta ahora el mismo gobierno nacional y con su silencio, incentiva este tipo de persecución racial extrema, que por lo que se está viendo, parecería que en cualquier momento todos esos extremistas se lanzarán armas en mano contra la población flotante haitiana, compuesta básicamente de un 90 por ciento de trabajadores y la mayoría mano de obra barata y que esta economía necesita.

En este sentido, no una, sino cientos de veces hemos advertido que semejante conducta irracional y de fanáticos, cuando menos se piense provocará una confrontación cierta entre haitianos y dominicanos y vista la realidad, de que los extremistas que incentiva el racista Instituto Duartiano y que el sector mediático también incentiva irresponsablemente, parecería que estuvieran dispuestos y en su delirio de fanáticos, por intentar el comienzo de una carnicería, que en cierto modo haga entender ante la comunidad internacional, que República Dominicana y como nación de racistas, se haya lanzado a cometer asesinatos raciales de toda índole. 

25 años atrás, advertimos y al momento de que la situación política y militar haitiana llegaba al punto de la desintegración de sus fuerzas armadas, que este país y sus organismos de seguridad nacional debían de advertir al gobierno de entonces, que si los veteranos militares haitianos  se decidían por ingresar legalmente a este país y dadas sus conexiones personales y calidad económica superior a la media y terminando por convertirse en una especie de ejército silente, presto a defender a Haití y desde territorio dominicano y con el agravante, de que en la medida que se entienda que los haitianos que viven en este país son perseguidos y maltratados, esos veteranos militares salieran entonces a proteger a los suyos, se corría el grave peligro de tener un ejército enemigo dentro de nuestro territorio.

No vamos a decir que lo que hasta ahora no ha ocurrido, pueda darse en estos tiempos, pero sí queremos llamar la atención sobre este particular y toda vez, que si la escalada de violencia anímica, que tanto las tropas de Migración como los agitadores en medios y periodistas criollos y en las infames redes sociales, realizan con el interés de crear una atmosfera de odio contra lo haitiano en sentido general y en lo particular contra la inmigración haitiana ilegal, llegaran a concretarse en vías de hecho, esta nación no deberá esperar que todos esos extranjeros amigos se dejen golpear o asesinar.

Este panorama y en su crudeza, es lo que las autoridades están permitiendo de manera tan equivocada como tan absurda, cuando lo correcto debe de ser, que como Estado Dominicano, el gobierno, o le da continuidad al exitoso mecanismo regulador de haitianos indocumentados, en vigencia hasta julio de 2020 o que en su lugar y que debería de ser lo correcto, a toda esa población inmigrante haitiana se le otorgue visados de trabajo de dos años de duración, al tiempo que cese la persecución oficial y la otra de los extremistas anti haitianos y que tanto daño le están provocando a las relaciones entre los pueblos de las dos naciones con frontera común.

Y ahora que, en el plano internacional, parecería que se va a concretar el inicio de una intervención militar y humanitaria a favor de Haití y en su primer punto de destrucción y desaparición de los 10 mil pandilleros que acosan a su propio país y quienes en gran mayoría son financiados por la burguesía haitiana de origen árabe y turco, que sea también necesario en enfocarnos en el nuevo peligro y que sería a lo inmediato.

Hablamos, que ahora que tropas de Níger y siguiendo de las Bahamas e igual Jamaica, se aprestan a poner pie en Haití y que son militares la mayoría de raza negra, los racistas criollos ultra nacionalistas y anti haitianos, deberían medirse y no impulsar, que por sentimientos de raza, esas tropas extranjeras y paralelamente a sus actividades legales por orden de la ONU, entren en contacto con los miles de veteranos militares haitianos que viven en el territorio nacional y quienes fácilmente podrían crear un regimiento guerrillero, que en represalia por los desmanes dominicanos contra la inmigración haitiana, generen peligrosos brotes de guerrillas urbanas y que por su multiplicidad, nuestros militares y policías no podrían enfrentar y en el caso que sucediera el escenario que observamos pudiera ocurrir.

Sencillamente, no es verdad que los haitianos que viven entre nosotros se van a dejar matar y maltratar por grupos de terroristas criollos provenientes del Instituto Duartiano y sus mini partidos de apoyo, como la racista FNP, cuyo veneno sectario de tanto odio y maldad, es evidente que ya ha prendido en ciertos espíritus débiles e imaginativos.

Creemos, que los dominicanos de buena voluntad y que somos una gran mayoría nacional, no podemos permitir que entre áreas gubernamentales y de los racistas anti haitianos, logren su propósito de enfrentar y lo que tan equivocadamente llaman, “invasión haitiana”, primero, porque esta no existe y segundo, porque no hay razones materiales de ninguna especie para que se dé una lucha fratricida de vida o muerte.

Del gobierno nacional, todavía no se tiene una idea exacta de que es lo que persigue dando paso a las políticas irracionales de odio contra lo haitiano y mucho menos, cuando Haití es el segundo socio comercial de la economía dominicana en el mundo y que es un lazo que debe de preservarse a como dé lugar.

Son un promedio y esto hay que ponderarlo, de 700 millones de dólares anuales que los haitianos compran de productos dominicanos, que a su vez son la base de la que parten más de 300 mil empleos directos en más de mil fábricas y 100 mil comercios dominicanos y en conjunto, generando un 20 por ciento de nuestro producto interno bruto (PIB) e independientemente a los 30 millones de dólares que cada quince días genera el comercio binacional fronterizo, que facilita que más de cien comercios dominicanos se fundamenten en ese comercio entre rayanos (habitantes de cada país en la frontera común).

Fue verdad que cuando las luchas independentistas haitianas y dominicanas, el Estado haitiano y por defender su propia existencia (recuérdese que Napoleón envío un ejército de 25 mil hombres para destruir a Haití y no pudo) y al ser un Estado militar fuerte, trató de sojuzgar y agrediendo de cientos de maneras al débil y primerizo Estado Dominicano controlado por criollos de mentalidad colonial y aun así, no se nos pudo aniquilar como nación.

Y ahora los dominicanos que hemos nacido después de todos esos acontecimientos y que al igual que los haitianos, no tenemos responsabilidad alguna en aquellos sucesos, los nuevos anti haitianos quieren generar una de odios y agresiones que no tienen ninguna razón de ser y que, si vamos a ser realmente honestos, debemos admitir que Haití tiene más de cien años que no tiene ningún tipo de disputa militar contra nuestro país.

Salvo los desgraciados acontecimientos del 1937, que fuimos los dominicanos los agresores y nos referimos a los dominicanos que respondían a Trujillo y fundamentalmente como militares o delincuentes presos que se les dio salida para que fueran “a matar haitianos” y de lo que terminó resultando, que en compensaciones debimos entregarle al país transfronterizo más de un millón de metros cuadrados de nuestro territorio en el noroeste del país, cerca de un millón de dólares en efectivo para las familias de los lesionados y que el gobierno haitiano se los quedó, en tanto y por aquellas insensatas persecuciones racistas, una parte del pueblo dominicano y en rebeldía contra Trujillo, salvó de morir a no menos de 15 mil haitianos que se logró sacar del territorio nacional u ocultar entre familias en provincias.

Desde el 1937, es ahora cuando los racistas anti haitianos han vuelto a resurgir y hablando de lo que no es, de una supuesta “invasión” haitiana y que viene siendo una nueva agresión dominicana, innecesaria, abusiva como criminal por parte de los racistas anti haitianos que la instigan y con complicidad evidente, de áreas del gobierno nacional.

Toda esta locura hay que pararla y por las vías que fuere y si la sensatez, el sentido común y la cordura no se llegan a imponer y por lo que recordamos, que ningún ser humano tiene derecho de acosar a nadie y menos, de estigmatizar a los ciudadanos de un país y pretendiendo hacer creer que son inferiores a los demás. Con Dios. (DAG) 03.08. 2023

 

 

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