Una de las razones del viaje fantasmagórico del presidente Abinader “a EEUU a una reunión familiar” y de la que hablamos el mismo día que se supo que el primer mandatario saldría y en cuanto a que buscaba puntos de apoyo o tender puentes con oficiales de la probable nueva administración Trump a partir del 20 de este mes.
Nadie en el gobierno aclaró y tampoco le interesó y puesta a correr esta versión, que de suyo fue lo más parecido a una dinamita a punto de estallar, por replicar con una respuesta precisa del porqué del objetivo final de tal viaje y de estúpidos, los propagandistas oficiales prefirieron hacerse los chivos locos y colocar a Abinader como una especie de presidente holograma a quien el relato oficial presentaba como si estuviera en el territorio nacional en diversos actos públicos.
El mismo primer mandatario y demostrando que tampoco es un político de fuste y experiencia, no calmó a las viperinas que después decían y señalaban desde los lupanares mediáticos en las redes sociales, que Abinader había salido de viaje y no solo para botar el golpe de la presión que por lo visto le parecía imposible de aguantar y que aumentó, con lo de las 9.5 toneladas de cocaína, que almacenadas en el país, luego la DNCD quiso aparentar como que habían sido descubierta en un buque carguero de furgones repletos de mercancías.
Cierto o no, lo que en cambio sí habíamos recibido, fue la información no oficial y sí oficiosa, en cuanto a que parecería y si efectivamente fue a EEUU, que Abinader trataba de buscar un “segundo aire de apoyo” con la saliente administración Biden y buscar puntos conciliatorios comunes con agentes de la nueva administración Trump y si es que efectivamente esta se instalará el día 20, luego de que un juez haga público el viernes 10 su sentencia sobre un espinoso caso criminal en el que está envuelto el presidente electo.
Ni una cosa y tampoco la otra, el viaje y desde el punto de vista político fue fallido y por eso, tanto el gobierno como el mismo Abinader se prefirió continuar en silencio y dejando correr la teoría del presidente holograma, teoría que por cierto fue conocida por primera vez en uno de estos análisis políticos de Estado.
Cómo mucho, lo único que salió en concreto fue que Abinader recibiría entre el jueves y viernes de esta semana, a un grupete de expresidentes asociados a la política de Washington, toda esa de meter por ojos, boca y nariz al antiguo agente diplomático -corte CIA Edmundo González- de tenebroso historial criminal en El Salvador y cuando la Guerra Fría y a quien la comunidad de inteligencia estadounidense de la época y ahora en retiro, le tiene como el mayor responsable de los asesinatos de 18 mil salvadoreños.
Acuerdo, que parece fue cierto, cuando ahora se anuncia que el sujeto tiene audiencia con Abinader para los mismos días de este mes y señalados anteriormente y como parte de su gira “presidencial” por América Latina.
Sin duda, que ese requeté alineamiento de Abinader hacia Trump, tiene como objetivo que el presidente electo estadounidense le entienda más cercano. Pero también hemos averiguado, que el as bajo la manga de Trump es la petición-mandato a Abinader, de que entregue los siete u ocho diputados capos del narcotráfico y comience a derribar la estructura burocrática-administrativa de su gobierno, la partidocracia y los grupos económicos y financieros que tienen bajo secuestro las instituciones propias del Estado Dominicano.
A este medio de POR EL OJO DE LA CERRADURA nuestros adversarios gratuitos en el sector mediático como en la partidocracia, han hecho creer que es un medio que “nadie lee y todo el mundo rechaza” y nosotros hemos podido lograr, que al subestimarnos, ternemos la cierta oportunidad de revelar situaciones presentes u otras que ocurrirán en el futuro cercano y que cuando suceden, nuestro prestigio profesional crece en las comunidades de inteligencia y data, tanto dominicanas como estadounidenses y lo que nos da una formidable ventaja táctica de primera mano.
Ante ese despliegue de información que nadie quiere creer, es que ahora planteamos lo importante, de que el presidente Abinader y con urgencia debería prestarle atención al increíble aumento de malestar social que desde todos los rincones de la República está experimentando su gobierno y que de no hacer algo correcto para que disminuya, no nos sorprendería que cualquier día hubiese un colapso institucional mediante el cual, la poblada de abril de 1984 sería un juego de niños.
También debemos advertir, que si a Abinader la irritación popular se lo llevara de paro y que rogamos que nunca se dé, las vidas de los tres expresidentes y sus principales sargentos políticos estarían en grave peligro, pues aun cuando la prensa y periodistas y comunicadores comprados guardan silencio sobre el grave malestar social, aquí muchos miembros de la partidocracia podrían experimentar una enajenante política de cuchillos largos y hasta que el Estado y tomado de sorpresa, pudiera neutralizar el maremágnum que gente desesperada está gestando.
Entonces, nuestro único consejo, sería, que quisiéramos que Abinader no se durmiera en sus laureles y tampoco el conjunto de su gobierno y sus asociados plutocráticos mucho menos, porque de no corregirse el terrible ánimo de insatisfacción popular y tan sordo, que ya se siente o respira y por el que mucha gente tiene en determinados ministros sus objetivos a enfrentar y ya que nadie y esta es la otra delicada percepción, cree que Abinader haría cambio alguno en la administración de su gobierno.
Y ante este peligroso ambiente de desasosiego, solo decimos y como llamado desesperado: Presidente Abinader, por amor de Dios, no tiente al Diablo que toda la nación es una sola critica negativa e incluso, hasta guardias y policías que patrullan se muestran descontentos y sin disimular. Con Dios. (DAG) 05.01.2025