Todavía no entendemos el porqué de la alharaca que se ha armado en este país con la construcción del canal de trasvase que Haití está construyendo en la parte baja del río Masacre y que corre en 2.5 kilómetros de su territorio y aguas abajo y que en lo absoluto no perjudica a este país.
El río Masacre nace en territorio dominicano y como río territorial corre en más de 48 kilómetros en territorio dominicano y aguas arriba. Que el país transfronterizo y por financiamiento popular, su gente impulse y apoye esa construcción e incluso su ampliación como ya se está haciendo, no es asunto que ni nos perjudica y tampoco concierne a los dominicanos.
Todavía más, los haitianos han olvidado que el cauce del canal que construyen está por debajo del curso del río y lo que significa, que, si quieren que las aguas pasen del trasvase a sus tierras agrícolas, requerirán bombas hidráulicas que solo pueden instalarse en territorio dominicano y para ello, sí que necesitarán el apoyo dominicano y el que, en todo caso, tampoco debería negársele y simplemente por asuntos de buena vecindad.
Por otra parte, nuestro gobierno se equivocó de plano al avivar una reacción de antihaitianismo, que solo en el reducto de los fanáticos nacionalistas del Instituto Duartiano guarda eco y por una razón, los dominicanos rayanos que junto a los haitianos rayanos hacen sus vidas en el borde fronterizo, nunca van a tener ningún tipo de agravio los unos contra los otros y por más que los sectores mediáticos de ambos países lo pretendan.
Además, si legítimamente los dominicanos queremos regularizar el tráfico y tránsito de personas y mercancías y teniendo de apoyo los mercados binacionales, lo único que racionalmente debe hacerse y dado que Haití vive bajo una anarquía total y con un gobierno provisorio dirigido por un primer ministro del que se sospecha que fue parte del complot para asesinar al presidente Moïse, es prohibir el cruce de haitianos y extranjeros al territorio nacional y mientras dure la situación de estado fallido allí y facilitar la entrada de los rayanos provenientes de Haití a nuestros mercados binacionales y sin exigirles el control biométrico y dado que estos no van a entrar a territorio dominicano.
En todo caso y para que técnicamente la construcción tenga aprobación binacional, solo deberá de convocarse por nueva vez la comisión técnica mixta que se había reunido en la cancillería dominicana y en la que las partes se habían puesto de acuerdo hasta que al presidente Abinader le dio el "pique" de bloquearla. Solo eso.
Razones más que suficientes para plantear, que el que Haití construya un canal de trasvase de agua y aprovechando la parte del rio Masacre que corre en su territorio, no es en absoluto un problema para República Dominicana. Seamos racionales. (DAG-OJO)
