¿Reviviendo a los Caamaño? ¡Fabuloso! La lotería de los muertos tomará cuerpo

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Hace unas horas, miembros de la familia del ejecutado desertor militar de apellidos Caamaño Deñó y por órdenes de un Consejo de Guerra y a raíz de ser apresado en su intento de guerra de guerrillas contra el gobierno del presidente Joaquín Abinader, hablamos de la década de los setenta del siglo pasado, protagonizaron una rueda de prensa, mediante la cual, pretenden incoar una serie de procedimientos legales para lo que entienden “asesinato” de su familiar.

Que a estas alturas, se pretenda retrotraer a estos tiempos, un hecho de guerra que tuvo básicamente que ver con fuerzas militares enfrentadas a un grupo guerrillero sedicioso que entró al territorio nacional clandestinamente y con la finalidad de derrocar al gobierno constitucional, a todas luces, evidencia la sinrazón de individuos cercanos a los antiguos grupos comunistas y anárquicos, quienes cuando la pasada Guerra Fría, no cejaron en sus empeños por pretender imponer sus ideas a sangre y fuego y sin importarles asesinar a cientos o miles de dominicanos.

Lo sorprendente, es que uno de los miembros de la familia que motivó el encuentro periodístico, es un miembro del gabinete del gobierno del presidente Luis Abinader y quien por lo visto, el viceministro de referencia, cree que el Estado se maneja sin una continuidad definida y de ahí que avale con su presencia, un requerimiento al que ni el sentido común y menos el imperio de las leyes pueden avalar y dado que lo que se pretende, es más bien una búsqueda de atención pública sin fundamento alguno.

Pero si lo anterior es grave, peor es lo que también en el fondo se pretende: Sentar en el banquillo de los acusados a las mismas instituciones militares a las que la Constitución de la República les ordena que en caso de calamidad pública o guerra, esas instituciones están para la salvaguarda de la nación, por lo que su accionar en una lucha armada, bajo ningún concepto puede interpretarse como si fuera un hecho criminal y sí como la mejor salvaguarda constitucional para defender el estado de derecho.

Al mismo tiempo, sorprende que la familia que dice protestar, para nada recuerda la hoja “de servicios” del desertor militar al momento de su muerte y también guerrillero, quien vino al país en pie de lucha armada y lo que no extraña cuando se conoce su historial militar, primero, de coronel policial represivo al frente de la unidad de Cascos Blancos en julio de 1961 y siguientes y hasta presentarse la situación en el 1965 y segundo, de que al fracasar el movimiento militar cuartelario del 23 de abril y el que colapsó el día 28 por la súbita intervención militar estadounidense y frente al vacío de poder que surgió de tales acontecimientos, precipitó a un grupo de militares rebeldes a posicionarse de las 44 cuadras de la zona colonial capitaleña y con miras de hacerse fuertes y resistir  el poder militar estadounidense.

Es en esa situación, que el desertor militar caído en combate y sus asociados políticos izquierdistas y comunistas, crean el llamado “gobierno revolucionario” y con él a la cabeza como su presidente, mientras el grueso del aparato militar guardó lealtad a la Constitución y creó el gobierno de emergencia nacional al frente de un general del Ejército de apellidos Imbert Barreras y el que, al controlar el 95.5 por ciento del territorio nacional, se erigió de hecho en el gobierno representativo del Estado Dominicano.

La situación de conflicto armado terminó el 03 de septiembre de 1965 cuando ambos grupos y bajo la tutela de la OEA y EEUU conformaron un nuevo gobierno, el provisional, presidido por el diplomático Héctor García Godoy, quien entregó el poder al elegido presidente Joaquín Balaguer en julio de 1966.

En el interin se desató una fuerte carnicería entre grupos políticos y militares rivales peleando por el control político de la nación y por lo que, el bando del desertor militar perdió y el nuevo gobierno le sacó del país como representante militar en la embajada en Londres, hasta que un año luego, desertó de su rango militar y funciones, escapando a la Cuba castrista, donde se preparó y para meses luego, retornar al país con un grupo guerrillero que entró por la vía marítima.

Al desertar, el exconsejero militar adscrito a la embajada en Reino Unido se convirtió en un fugitivo de la justicia y al presentarse como guerrillero en armas, selló su suerte y debido a que sería el Estado y por medio del gobierno de turno, lanzó todas sus fuerzas y medios para liquidar la guerrilla que buscaba una insurrección cuartelaria y popular.

Y es de ese modo que se llega a la razón de este análisis, cuyo único interés es dilucidar todo lo relativo al por qué de una rueda de prensa familiar y con pretensiones de recrear una versión de los hechos no fundamentada en la realidad objetiva y de la que si no se advierte el error conceptual de la misma, podría crear interrogantes y fantasías sobre una situación trágica que no fue de crimen de Estado y como se quiere hacer creer y sí de un desertor militar que buscó auxilio extranjero y entrenándose, en este caso, en Cuba y para desde allí invadir el territorio nacional y como guerrilla armada y terminando por morir en el empeño, herido y apresado en pleno combate y siendo ejecutado luego por orden de un consejo de guerra.

Desde luego, la familia del desertor, le asiste todo el derecho del mundo a reclamar la investigación que anuncia que está haciendo, pero no a mentir, tergiversar o manipular incautos y con el solo propósito de lograr atención mediática y vigencia pública y que al anunciar que lo está haciendo, sencillamente está tratando de crear un cierto animo levantisco originado en mentiras y que como ya hemos advertido, se formula, pretendiendo que en esta democracia, el Estado no sea defendido y por la sola razón, de que lo que ocurrió de parte militar oficial, fue lo correcto cuando se trata de la continuidad de las instituciones y de lo que estamos muy seguros que el gobierno del presidente Abinader no apoyaría y dado que de lo que se trata,  es de un gobierno tan constitucional como el actual y víctima de un intento guerrillero que buscaba su derrocamiento y que ningún otro gobierno que se respete podría apoyar.

Lamentablemente, lo que se entiende, sea, que es muy difícil que después de tantos años de los hechos mencionados, ahora resulte, que políticamente, la familia herida en sus sentimientos y los que no les son ajenos desde que se conoce, que el patriarca de la misma, un general represivo de cuando la dictadura, se le imputaron parecidas muertes a las que ahora parientes “adoloridos” le imputan al Estado por la muerte trágica de su pariente desertor militar, no quieran aceptar, que cuando un ciudadano se subleva contra la autoridad debidamente constituida o un militar en activo deserta y luego “se va al monte”, a combatir contra el que sea gobierno, que no se quiera aceptar, punualizamos, la gravedad que semejante hecho tiene y siempre arrastrando trágicas consecuencia y por lo que decimos, que ¿reviviendo a los Caamaño? ¡Fabuloso! La lotería de los muertos tomará cuerpo. (DAG)