jueves, mayo 22, 2025
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Si se hacen las cuentas, son 41 años los que median entre 1984 y 2025, es decir, desde ese lapso no ha habido una nueva poblada que evidencie un fuerte descontento social y popular con el gobierno de turno. Sin embargo, parecería que nos acercamos

Que ayer se anuncie, que ante la probabilidad de que el prófugo moral y responsable de la conflagración, muertes y heridos y todavía desaparecidos del pasado día ocho en Jet Set, el estadounidense Antonio Espaillat, esté tratando de evadir cualquier futura acción judicial persecutora por parte del ministerio público, en específico, de la Dirección de Persecución del Ministerio Público, “realizando acciones para transferir bienes a su nombre y a favor de terceros”, por lo menos, es el primer indicador de que la autoridad nacional está decidida a perseguirle.

Solo por ese accionar, no solamente que el gobierno estaría mostrándose capaz de perseguirle, sino también de ganar tiempo para tratar de convencer a la indignada como atrapada opinión pública así como a las familias directamente perjudicadas por las 232 muertes y aproximadamente 180 heridos y 88 desaparecidos de aquel desastre provocado por las negligencia empresarial y la falta de vigilancia y control de las autoridades, sino que en cierto modo, pudiera darse un corto periodo de ganar tiempo y de ese modo, detener en seco, el gran movimiento social contestatario que se aguarda a partir de mañana lunes y que se concretaría con la manifestación nacionalista del jueves 24 ante el Palacio Nacional.

Desde luego, nosotros no nos hacemos ninguna expectativa positiva y mucho menos viendo el duro comportamiento represivo y antisocial de una policía cuyos jefes han perdido el sentido de las proporciones y al extremo, de que sus efectivos están tratando a los ciudadanos, tal como si todos estos fueran enemigos en territorio ocupado y simplemente, porque la muchacha que está al frente del ministerio de Interior y Policía, hija de un agente comunista y terrorista de cuando la Guerra Fría y este, dominicano de primera generación de padre inmigrante libanes, ha entendido que debe utilizar el poder para mantener en una especie de cepo a toda la ciudadanía.

En realidad, el comportamiento represivo del gobierno, quien es el responsable directo del accionar de sus subalternos, tiene mucho que ver con la baja increíble en su popularidad que está experimentando el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) y en su pretensión de sustituir los fueros y responsabilidades del presidente de la República.

Todavía habrá que esperar el discurrir de este domingo, cuando los pocos que viajaron al interior se desplacen de vuelta a sus domicilios y en particular a la capital de la nación y al Gran Santo Domingo, donde la mayoría de quienes viven en sus barrios, no están nada contentos con el fuerte mecanismo represivo policial y por lo tanto, aún no se puede hablar de que la gente retornará mansamente a sus labores cotidianas.

Al mismo tiempo, coincidimos con otros sectores de opinión independiente, que entienden, que, si a Abinader ahora mismo se le tiene como el centro de todos los ataques, se debe a la actitud, palabras y gestos de la ministra Faride Raful, en estos momentos, la funcionaria más impopular de todo el régimen y por lo cual, muchos tememos, que si se materializara un movimiento social contestatario, la Fadul pudiera ser el objetivo para una agresión directa.

Desde luego y por lo que se conoce, dentro del país político se sabe que Abinader es reacio a escuchar opiniones, salvo aquellas que coincidan con sus políticas o con las que determine su aparato de propaganda, de cuya cabeza ya se habla, de que pretende poner en marcha un nuevo objetivo propagandístico para que Abinader gane popularidad y mediante una nueva política de corte nacionalista y con el pretexto de la falta de civilidad y comportamiento correcto de cientos de haitianos ilegales, quienes parece que pretenderían sublevarse y en el caso de que el gobierno materialice lo que todos los dominicanos esperamos, en cuanto a que todos los ilegales sea expulsados drásticamente del territorio nacional.

Lo que tememos, es que de improviso y como siempre ocurre, estalle un brote de insatisfacción popular que se pudiera convertir en una poblada y en lo inmediato, motivado por la tragedia criminal en Jet Set, después, por la fuerte política gubernamental de haitianizar la vida nacional y ya y con mayor agresividad, por la desastrosa represión policial que no ha dejado que la gente en los barrios ni siquiera pudieran estar en las aceras frente a sus casas.

Todos esos “ingredientes” son más que suficientes para originar una situación de anarquía social, que de estallar no podría decirse que pudiera ser controlada de buenas maneras y si a esa aprehensión se le agrega la cita social ciudadana del jueves 24 frente al Palacio Nacional, donde a Abinader se le va a reclamar que cese su política a favor de la entrada libre y abusiva de haitianos ilegales, lo que significa, que bien se podría entender que el ánimo popular no está por contemporizaciones y por más que en las redes sociales determinados influenciadores estén abogando porque la nación se mantenga en pasividad total.

En abril de 1984, el ejército debió actuar contra una sublevación ciudadana en toda regla y por la que murieron cerca de mil personas en hechos de violencia por todo el país y todavía treinta días después de controlada la poblada, en los mass media se presentaban titulares por los que se pedía que en las morgues quedaban 55 cadáveres y como lo relataba el vespertino La Noticia.

Ahora hay un conciliábulo abierto entre oposición y gobierno, vale decir, de toda la partidocracia y junto a los grupos económicos y financieros y para tratar de ver cómo se neutraliza la fuerte animosidad popular, sobre ello solo hay que decir, que todos esos grupos dentro de la clase gobernante se encuentran totalmente desacreditados y tememos que la parte más dura de la baja pequeña burguesía y los ciudadanos de a pie, quisieran jugarse el todo por el todo.

De ahí que recordemos, que, si se hacen las cuentas, son 41 años los que median entre 1984 y 2025, es decir, desde ese lapso no ha habido una nueva poblada que evidencie un fuerte descontento social y popular con el gobierno de turno. Sin embargo, parecería que nos acercamos. Con Dios. (DAG) 20.04.2025

 

 

 

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