martes, febrero 11, 2025
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Trump, un político condenado como delincuente que llega al poder gracias al populismo que le acompaña, quiere hacer de EEUU un estado fascista y anti extranjero y al que no se debe de ir. Y quiere a Canadá de estado 51 y a México como su mayor estado vasallo

La expresión más socorrida de fascismo y la más conocida, es la de que “el fascismo rechaza las doctrinas liberales de la autonomía y los derechos individuales, el pluralismo político y el gobierno representativo, pero defiende una amplia participación popular en la política y puede utilizar los canales parlamentarios en su camino hacia el poder”. Ahora se le agrega el control del poder mediático.

Pero también hay otra: “El fascismo es una ideología, un movimiento político y una forma de gobierno de carácter totalitario, antidemocrático, ultranacionalista y de extrema derecha. El término proviene del italiano fascio (‘haz, fasces’), y este a su vez del latín fascēs (plural de fascis), que alude a los signos de la autoridad de los magistrados romanos.

“Entre sus rasgos definitorios se encuentran, por un lado, la exaltación de valores como la patria o la raza para mantener permanentemente movilizadas a las masas, lo que lo llevó con frecuencia a la opresión de minorías —especialmente en el caso alemán debido a su importante componente racista— y de la oposición política, y, por otro, un fuerte militarismo.

“Sin embargo, desde sus mismos orígenes, es uno de los movimientos más difíciles de definir con exactitud para las ciencias políticas, posiblemente porque no existe una ideología ni forma de gobierno «fascista» sistematizada y uniforme como sí tendrían otros sistemas políticos contemporáneos”.

Las definiciones anteriores que pueden ser encontradas en el buscador Google, sin embargo, no ofrecen el carácter peculiar de la versión que propugna el actual presidente de EEUU y el que, mezclado con una fuerte dosis de totalitarismo, demagogia y arrogancia, más un nacionalismo retro sumamente curioso, no ayuda -salvo y como es el caso estadounidense- donde todavía, más del cincuenta por ciento posible de ese pueblo es de raíz alemana y esta, con todas sus variables de autoritarismo extremo.

Es por eso, por lo que lideres mundiales totalitarios como Putin y Jinping y ni hablar de Kim Jong-un, tienden a entenderse mejor con el estadounidense y de lo que fácilmente pudiera resultar y si Trump aumenta su agresividad primitiva, en una nueva especie de internacional totalitaria, que, por sí, abarcaría la mitad de la población del planeta.

Desde luego, ya el fascismo no es ni sombra de su origen italiano con Mussolini y menos del otro adoptado por Hitler en Alemania y por la sencilla razón, de que es uno “adaptable” a las circunstancias que se presenten y que lo hace tan letal.

De ahí que frente a este verdadero dilema de vida y de atentado cierto al sentido democrático de la participación ciudadana en los asuntos del Estado, se convierta para el resto del planeta, en una muy peligrosa tendencia emocional que pudiera focalizarse en la base de una tiranía global de la que, a la larga, sus súbditos no pudieran separarse.

Y hablamos de súbditos en vez de ciudadanos, porque justamente, en la primera palabra es que se encuentra el meollo de la nueva situación, cuya característica esencial, es ser el instrumento viril de un sistema propagandístico globalizado que explota la emoción humana y al extremo, de que solo por el socavamiento de los reflejos condicionados de cada persona, el científico Pávlov y si viviera, quedaría asombrado de los resultados de la línea de conducta que hiciera doctrina.

Tomemos el caso de la nueva dinámica de relación de República Dominicana con EEUU y en donde el sector dirigente más reaccionario de la vida nacional, todo ese dueño de los medios de producción, responsable de más de tres millones de empleos y controlador absoluto del conjunto de los medios de comunicación y de información de masas, mantiene a este país y con el disfraz de una tiranía partidocrática de 63 años continuos, en la versión criptica de lo que en la práctica es una verdadera dictadura clasista en la que y hasta ahora, presidente y gobierno y todos los órganos del Estado son sumisos asistentes de las 38 fortunas más importantes de esta economía.

Entonces cuando esta realidad se analiza, se tiene en toda su desnudez, lo cierto, de que ese fascismo criollo a lo tropical dominicanizado y cuya característica es el asistencialismo demagógico y lo supernumerario en el empleo público, es más proclive a pactar con Trump y sin importar lo que el estadounidense les haga en materia de desaires y soberbia y por lo que, en consecuencia, habría que hablar y advertir, que este país está al tris de encontrarse dentro del esquema de autoritarismo consustancial al sistema plutocrático que ha sido establecido en el gobierno de la nación. Obsérvese que ya Abinader muestra que solo le interesa su opinión y que le importa un carajo cualquier otra.

Si la situación anterior se estudia con detenimiento y sus parámetros son debidamente contextualizados, los dominicanos podrían darse cuenta de que a esta nación y salvo que ocurriera un hecho imprevisto que actuara como catapulta que impida, que el trumpismo aquí se convierta en la peor de las tiranías y por ese lazo conductor que el mismo Trump tiene con determinados ricos de este país, quienes se sienten orgullosos de ser socios comerciales del rico agente vendedor inmobiliario y exitoso productor televisivo, a nuestro entender, deberían de mostrarse preocupados y no salir de estúpidos y zoquetes a celebrarle a Trump cuanta ocurrencia presentara.

Obsérvese, que mientras todos los países que tienen trabajadores ilegales en EEUU, sus presidentes y gobiernos se muestran preocupados por el giro de los acontecimientos contra los ilegales y a los que ya, el mismo Trump y desconsideramente califica de “criminales”, más ese contexto del fascismo trumpiano que los envía esposados y afectando lo más elemental de la dignidad humana, el presidente dominicano, Luis Abinader, en realidad, un dominicano de raíz árabe y haitiana, emitió una declaración sobre este tipo de expulsión sumaria de ilegales, diciendo que cada país tiene derecho a ejercer dentro de su soberanía su propia política migratoria y lo que de hecho, es una aceptación implícita de tal accionar autoritario desbordado.

Al analizar con más perspicacia y recordamos que en EEUU tenemos 200 mil dominicanos ilegales y que todos estos, de lo que ganan en sus trabajos envían un 5 % por ciento en remesas a sus familias, casi diez mil dólares anuales, que habría que entender,  que el millón y medio de dominicanos que se beneficia directamente de esas remesas, podría confrontar una situación económica pésima al corto tiempo y que si agregamos, que la economía de cara a la población se encuentra manga por hombro, que no sea nada  sorpresivo decir que a esta economía le esperan tiempos muy malos y políticamente casi catastróficos.

Ante esta situación, de este modo se tiene, que cuando el secretario de Estado Rubio llegue a este país en su primera gira internacional la noche del viernes que viene y que para el sábado en la tarde se marche de vuelta a su país, veremos que el terrible “movimiento de asientos” que se dará entre la alta burguesía que se dice dominicana, será uno que producirá un terremoto desde los enclaves de ricos en Casa de Campo, Punta Cana y Cap Cana, lugares en donde la naturaleza e idiosincrasia dominicana se encuentran desterradas. En tanto a nivel de gobierno, se desatará una política de “espejos rotos” y del tipo que provoque, que Abinader y su gobierno y también el conjunto de la partidocracia, no se encuentren pisando fuerte. El nivel de los préstamos y su despilfarro y de acuerdo con nuestras fuentes, ocupa un lugar preponderante en la agenda de Rubio.

De cara a la población, ¿cuál es el peligro?, que como al pueblo dominicano se le ha enseñado a ser servil y sumiso y ahora más, con plataformas digitales en canales de you tube y las redes sociales  financiadas y en alianza mortal entre el gobierno, el empresariado, el narcotráfico y el lavado de activos y su añadido de sicarios al mejor postor, más el gamberrismo juvenil que  funciona desde los lupanares mediáticos en las redes sociales, mientras en el Poder Legislativo como en el Poder Municipal y también en el poder mediático, una simple advertencia consular de quitarle sus visados a los senadores, diputados, alcaldes y regidores o periodistas y comunicadores que osen ir en contra de las decisiones de la embajada estadounidense, es más que suficiente para que pierdan la honra y el pudor y se  tendría una reafirmación de esa malévola y reiterada tendencia dominicana en su clase gobernante, de ir contra la República y cada vez que sus intereses los entiendan en peligro.

Por eso es, que el Consejo Nacional de Competitividad (CNC) el Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) el Consejo Económico y Social (CES) y el entramado empresarial al que Abinader le entregó el control administrativo de la Policía Nacional, no solo que sus ejecutivos están en ascuas y al conocer lo imprevisible de Trump, que, al resto de la nación, a los dominicanos en sí, les advirtamos que estén alertas, pues si se descuidan los venderán a tres por cheles por esa pretensión estadounidense y de sus mafias, de que la Casa Blanca deje que este país se convierta en algo peor que aquel burdel que era Cuba antes del 1960.

También les decimos, que recuerden, que Trump es un político condenado como delincuente que llega al poder gracias al populismo que le acompaña y quiere hacer de EEUU un estado fascista y anti extranjero y al que no se debe de ir. Quiere a Canadá de estado 51 y a México como su mayor estado vasallo. Con Dios. (DAG) 03.02.2025

 

 

 

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