lunes, junio 17, 2024
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Un repaso a un pasado colonial de una historia de injusticias, azaros y esclavitud

Una característica y fundamental de cuando una nación tiene un pueblo de miras abiertas, sin prejuicios ni radicalismos no controlados, la encontramos en el ejercicio de vida, tanto de su clase gobernante, como dentro de lo más avanzado de su alta burguesía y las que con un alto nivel educativo como cultural, marca los tiempos para que esa nación haya que entenderla desarrollada a nivel industrial y sin ataduras ni emocionalismos estériles de esos que laceran.

Desde luego, las características anteriores, tampoco es que cualquier nación y pueblo no pudieran desarrollarlas, pero sí es indudable, que si no se tiene un gobernante fuerte, innovador y sin ataduras emocionales de esas frustrantes, siempre le será difícil avanzar en la senda correcta y lo suficiente como para que se la entienda una nación capaz de avanzar por sí misma y sin necesidad de depender de la banca extranjera o del apoyo sostenido de otra nación más fuerte y con características de dominante.

Solo hay que ver como España, la nación imperial de siglos pasados ha pasado a ser una de cierto desarrollo económico y capacidad tecnológica innovadora, pero que, al tener una población, que, en gran mayoría, primero no cree en las propias potencialidades nacionales y segundo, que de tan prejuiciada en sí misma, llega a los extremos, de que al momento que entiende que no ve o tiene enemigos, ella misma comete la locura y torpeza de crearlos desde su propio seno.

O tomemos en cuenta otras naciones del entorno y que fueron pilares fundamentales de imperios aborígenes propios con cultura autóctona y un nivel cultural tal, que a la llegada de Colón y sus “descubridores”, sí que pudieron colonizarlos y logrando para sí mismas, reestructurar la diversidad de sus imperios y haciendo creer que el “descubridor” europeo se creyera que les traía “civilización”, siendo todo lo contrario, de una América que realmente colonizó a España y a la misma Europa y desde que sus economías quedaron impactadas por las toneladas de oro americanas saqueadas a las naciones aborígenes.

Por ejemplo, a estos días, España es un territorio y población más chicos que todo el conjunto de naciones americanas de supuesto “origen español” y su idioma principal, el castellano, experimentó el cambio trascendente de ser colonizado por el castellano-americano y de igual manera ocurrió la metamorfosis con Brasil y en relación con su supuesta “patria de origen”, Portugal.

Ha sido un proceso colonizador tan amplio, que todavía y en sus efectos encegadores de la voluntad, las dos expotencias coloniales, todavía sus ciudadanos no entienden, que estas naciones y pueblos de los años 1400 y con todo de “vivir desnudos, con costumbres raras y religiones asesinas”, pero con amplia riqueza lingüística y cultura autóctona, son en realidad las naciones de futuro cierto, en tanto las dos viejas metrópolis coloniales, todavía no entienden que sus mundos cambiaron de manera tan radical, que son los pueblos supuestamente descubiertos y colonizados, los que en realidad determinan el devenir de estos días, mientras España se debate en destruirse así misma prefiriendo sus 18 regiones geográficas, antes que una sola identidad nacional que le defina y le de conciencia de pueblo unificado. Portugal fue más sabia en el derrotero que se impuso, entendió la realidad nueva y renació en Brasil y para seguir siendo una nación de espíritu y continuidad propios.

Si nos asomamos a Francia y revisamos el pésimo maltrato dado a las naciones y pueblos que dominó desde el centro al norte de África, entenderemos el porqué, de sus sesenta y pico de millones de habitantes, no menos de 20 millones están decididos a castigarla con el pretexto de sus creencias musulmanas malinterpretadas con un odio visceral y de gente nacida en territorio francés, pero que nunca ha dejado de sentirse originaria de sus naciones de origen y cultura propias. La antigua Galia vive ahora con el enemigo adentro y ni que decir de una Alemania con el 10 por ciento de su población de origen turco.

Pasemos al corredor formado por Bélgica, la antigua Flandes y los Países Bajos y comprobamos el rechazo que se tiene a un reino belga de Leopoldo Segundo que fue el mayor azote que los negros africanos y desde el llamado “Congo Belga”, cometiera en materia de robos, crímenes y latrocinios de la peor especie contra la riqueza natural del país y su población. Y siendo el rey belga uno de los más significativos genocidas que ha parido la humanidad y para colmos, ahora con una organización de comercio y políticas conocida como Unión Europea y que es el reino a la moderna, de un conjunto de burócratas mediocres queriendo imponer un nuevo colonialismo.

Los países Bajos no actuaron igual, su gente supo ser comerciante y su casa real no fue ni avasallante y menos criminal. Supo adaptarse a los tiempos, cohabitó con sus colonias y hoy es una nación respetada y querida y con un enorme futuro como pueblo de costumbres y cultura avanzados.

Volvamos a América y fijémonos en EEUU y Canadá y comprobemos tres hechos. Cómo la antigua colonia inglesa y como preludio de la nación unipolar de ahora, saqueó todo un inmenso territorio continental al costo de cometer un genocidio tanto mayor o peor que el anárquico genocidio español y su resultante de ahora, de una nación imperio con más de 150 años de estar dominando al mundo en base a lo peor de inconductas y felonías y fuerza bruta y la que sin embargo, ha empezado a darse cuenta, de que más de una cuarta parte de su población es originaria de todos los países y naciones al sur del Rio Bravo e imponiendo una explosión de hijos de inmigrantes, que tienen como destino hacer un EEUU “latino”, en gobiernos y formas de vidas y con un idioma nuevo de mayor difusión que el castellano originado en España.

Paralelamente y si al mismo tiempo se toma en cuenta a Canadá, una nación de pueblos aborígenes de cultura propia y que, en base a ser también un territorio continental, con sus constantes corrientes migratorias internas, evolucionó a un sistema de razas mixto, en donde el autóctono ha marcado una idiosincrasia propia creando o modificando su nación de origen sajón y una parte latina con raíz francesa, que no tiene el hándicap estadounidense o francés de haber pretendido destruir al resto de la humanidad.

Pero saltemos al Caribe y por un momento dejemos atrás el sello indeleble de los bucaneros y filibusteros, todos piratas, sustentados por las potencias coloniales europeas no española, que decidieron disputarle dominio a un imperio español, que en menos de cien años perdió a toda la parte del continente americano de habla latina y todas las islas caribeñas y teniendo que asistir impotente, a la creación de nuevas naciones isleñas, invadidas atropelladamente por el comercio esclavo europeo y su punta de lanza más significativa, de pueblos y naciones enteras del África negra, vomitados como si fueran lo peor en materia de y discúlpesenos el término, de “ganado humano de explotación”.

Cuyos integrantes y para sobrevivir y con sus cruces posteriores, les dieron identidad a tantas islas y destacando la isla de la Española, en donde su parte occidental fue dominada por lo peor del colonialismo francés, en tanto concomitantemente, el ya fracasado imperio español, hiriendo a muerte a sus criollos en la parte oriental, no le importó “traspasar” esa parte de la isla y de acuerdo como evolucionaban los vaivenes azarosos de las políticas de las potencias coloniales europeas.

Hoy, Haití no ha podido desprenderse de su herencia colonial y todavía sufre los efectos económicos y financieros de los 22 mil millones de dólares de ahora que Francia le exigiera para dejarla independizarse, mientras en su parte oriental, nació República Dominicana y con las taras y prejuicios de lo peor de su herencia ibérica.

Con todo y este historial y por la infinita benevolencia del Dios creador, todo este conjunto de naciones y pueblos han podido resurgir como criollos y aborígenes, perfilar sus propias identidades, culturas y características y cada uno, desarrollando también sus propios sistemas económicos y con tanta suerte, que hoy son unidades soberanas independientes de respeto y valer. Por lo que, al hacer el repaso de una historia colonial de injusticias, azaros y esclavitud, se comprueba con satisfacción, que todos sus hijos y generación tras generación, han sido capaces de sobreponerse a las vicisitudes, llegar a futuro y hacerse un espacio prodigo y amplio en él. (DAG) 17.07.2023

 

 

 

 

 

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