lunes, junio 17, 2024
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Una singular intervención militar y blanda, esconde un accionar diplomático estadounidense y con relación a Haití, sumamente decisivo

Por lo menos, pasadas  las ocho de la noche, cuando EEUU tomó fuerza el operativo que se inició en la tarde de ayer y a propósito de la llegada a Puerto Príncipe de un importante funcionario del Departamento de Estado especializado en asuntos del hemisferio occidental y en lo más parecido a una inusual intervención militar escalonada, pero con ropaje de auxilio diplomático y de la que no sabemos, cuantos han podido darse cuenta de su materialización.

Al mismo tiempo ha llamado y mucho, la atención sobre la comitiva de alto nivel que acompaña al subsecretario, Brian Nichols, responsable de la oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Departamento de Estado.  Un parte informativo revela que “el Secretario adjunto está acompañado por el teniente general Andrew Croft, subcomandante militar del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), así como por asesores y personal sénior de la Casa Blanca, la Oficina del Secretario de Defensa, el Estado Mayor Conjunto y la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado”.

Comitiva de alto nivel que no sería nada significativa y menos preocupante, si no fuera porque colateralmente, en alta mar y frente a Puerto Príncipe, EEUU desplegó “un importante barco de la Guardia Costera” y para que se inicien patrullajes constantes y que cuando se conoce que el citado navío, del que no se reveló su nombre, tiene un importante mecanismo de fuego que pocas armadas del área caribeña poseen, se hace indudable que la intervención militar “humanitaria” que reclamara el gobierno provisional del primer ministro, Ariel Henry y sin duda alguna, ya ha sido puesta en marcha.

Ahora cabe esperar, cuál será la reacción de las bandas armadas formadas por exmilitares y que a este momento y en la práctica, han hecho desaparecer el poder del gobierno de Henry a nivel nacional y de lo que, desde la tarde de ayer, se hace evidente que Haití se ha convertido en un fideicomiso regido por la ONU, pero bajo control y decisión estadounidense.

En este sentido, solo hay que evocar la declaración en la víspera del Secretario de Estado, Antony J. Blinken y en la parte que se menciona de la resolución 2645 del Consejo de Seguridad y que hasta donde se conoce está siendo negociada con los otros miembros del referido Consejo que tienen poder de veto y con miras de que la misma sea aprobada y para una puesta en ejecución más amplia y diversificada.

El acontecimiento entonces, remarca el interés dominicano expresado por el presidente Abinader de que los organismos internacionales de valer se ocupen de la ingobernable situación haitiana, en tanto por fuentes que no podemos revelar su nombre, ya se sabe que brigadas operativas de organismos del espionaje y de fuerzas especiales estadounidenses están trabajando sobre el terreno y “para darle un golpe definitivo a las bandas” y de lo que tampoco muchos no están seguros, si como se ha dicho, la capacidad en armamento de las bandas haitianas, que en principio fueron financiadas por la oligarquía y el alto comercio, es una, hija del aprovisionamiento descontrolado que obtuvieran aquellas en meses atrás.

La interrogante y como se ha de suponer, tiene que ver con cual será la reacción del ciudadano haitiano de a pie, si responderá a ese acendrado patriotismo anti interventor extranjero o si hará mutis con tal de que la población recobre el dominio de calles, avenidas, plazas y pueblos. De ello dependerá, que la inusitada intervención militar sea corta o si, por lo contrario, la nación transfronteriza pudiera convertirse en el sorpresivo infierno del que tantos medios, periodistas y ciudadanos haitianos de clase media no se han cansado de repetir.

Mientras tanto y en los hechos y tal como hemos revelado en análisis anteriores, que, de ocurrir la intervención armada, el Ejército Nacional tendría un papel protagónico, por lo menos sus 15 mil efectivos desplegados en la frontera y con todo su armamento y logística, para ser parte del movimiento de pinzas que tendría de otro protagonista, al Comando Sur estadounidense.

Es decir, en lo militar, Haití quedaría bloqueado, la frontera cerrada y para que las tropas extranjeras y ya en territorio haitiano se lancen en un accionar punitivo castrense hasta derrotar y desarticular y por las vías que fuere, a los mandos de las bandas pandilleras y a sus integrantes.

Ahora bien, desde anoche y al ser la sede de la embajada dominicana, una que tiene su propio helipuerto, de hecho, se ha convertido en lo que podría ser lo más parecido a un alto mando militar y civil para dirigir las operaciones y sin importar que no sean elementos dominicanos los que lo operen y sí la ONU como el comando sur estadounidense.

Decir que tal desenvolvimiento podrías acarrear problemas graves a las relaciones entre los dos países limítrofes, no creemos que realmente pudieran darse y mucho menos, si a esta mañana las fuerzas militares y diplomáticas interventoras y con el auxilio policial haitiano, abren un corredor humanitario entre Puerto Príncipe  y Elías Piña y con extensión a Dajabón y para que, por un lado, el flujo por tierra de ayuda humanitaria se envié a todo Haití, en tanto el tráfico comercial y de mercancías desde este país al vecino, pudiera realizarse sin interrupción significativa.

Tampoco habría que descartar y si la situación se saliera de las manos y debido a la agresividad de las bandas delincuenciales, que el presidente Luis Abinader disponga, que, y como se hiciera cuando el terremoto de 2010, entregarle al gobierno haitiano, el usufructo temporal del aeropuerto doméstico de Barahona y que paralelamente. el patrullaje militar fronterizo pasara a uno de alerta máxima. En tanto provisionalmente, las deportaciones de indocumentados haitianos quedaran suspendidas

Dicho lo anterior, tampoco es que olvidemos lo expresado por el Departamento de Estado en la declaración de intención de ayer, mediante la cual y en un solo párrafo, el gobierno del presidente Joe Biden no deja duda alguna sobre sus reales intenciones: “Mientras Haití enfrenta un resurgimiento mortal del cólera, los actores malignos continúan financiando y fomentando la violencia, además de bloquear el suministro de combustible y el acceso humanitario para la asistencia que salva vidas. Hoy, estamos anunciando nuevas medidas para brindar el apoyo necesario al pueblo de Haití y hacer rendir cuentas a quienes continúan fomentando la violencia”.

O sea, sorprendentemente, mientras en Europa la importante potencia nuclear global de la Federación de Rusia invade a Ucrania, que es un protectorado estadounidense, EEUU invade a Haití con el pretexto de ayuda humanitaria, pero con la intención de acabar de una vez y por todas con el peligroso como abusivo desorden armado y de terror continuo, que ha hecho de Haití un estado fallido. Oremos pues. (DAG)

 

 

 

 

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