Lo peor de la política es lo inesperado que no es igual que el azar, y se está viendo en el actual acontecer: Sin llevar a la esquina aparecen fantasmas que se convierten en realidad.
O por lo menos obliga a tenerlos en cuenta, incluirlos en la agenda de debate de manera prioritaria, o crea circunstancia para que alguien se aproveche.
Las mesas de discusión del Diálogo eran en principio 12, y después 13, hoy habrá de saberse cuántas más, pues entre tomar y dejar, la duda domina.
Los partidos no sabían ayer en la mañana en las que participarían, y lo único que tenían claro era que el CES estaba reunido determinando lo que sería la escena final.
Todos iban tras lo constitucional, pero la muerte de una profesional y madre, cambia todo el panorama y la seguridad ciudadana pasa a un primer plano.
El tema se agrava en vez de atenuarse, y el Ministerio de Interior y colaboradores fueron desbordados hace rato. No basta con preparar la cama a un insomne, y Jesús Vásquez no duerme.
Lo de la Policía Nacional no es cuestión de estudios, ni de expertos, ni de asesores. Es ponerle las manos ya, pero de verdad.
Se iba por igual detrás de la reforma fiscal, y se aparecen de manera sorpresiva Los Papeles Pandora e implican a políticos, incluyendo al jefe del Estado y una aspirante a la presidencia de la oposición.
Nada del otro mundo, pero tampoco inocente, pero que ahora por necedad u oportunismo los adversarios usarán en su contra.
¿Cómo hablar de impuestos quiénes buscaron vías de eludirlos? Desviar la atención siempre es una opción, mucho más si con la distracción se dan estocadas que se consideran mortales.
Esa embestida ya empezó, aun cuando todavía no letal. Pero repercutirá, e influenciará el curso del Diálogo, pues se entiende que un gobierno débil o debilitado tendrá que ceder, antes que reclamar.
El encuentro de hoy –por tanto– es importante, no crucial, ya que se determinará el ánimo y el humor de los partidos y de los políticos. Y sobre todo del gobierno. Por: Orlando Gil [Listín Diario]