Todavía no entendemos como es que políticos que se nutrieron de los recursos públicos en un manejo y francamente de presumible dispendio, tengan la cara dura de decir que respaldan las criticas que el viernes pasado la curia católica profirió y como si la misma Iglesia Católica criolla no tuviera parte de culpa, en contra del accionar del Gobierno del presidente Luis Abinader.
Sobre todo, que llama la atención, que entre ellos tres: Vargas Maldonado, Domínguez Brito y Radhamés Jiménez, manejaron más de cien mil millones de pesos en sus tiempos de desgobiernos y para nada trataron de mejorar el nivel y calidad de vida de la gente y sí solo de ellos mismos y de sus respectivos entornos y al grado, de que ahora tienen cada uno, pensiones privilegiadas que pasan de los 700 mil pesos por mes.
Tal ha sido el accionar anti-pueblo de este trío de desalmados (“que no tiene conciencia o la facultad del espíritu que impulsa a hacer el bien y a rechazar el mal”), que ahora pretenden aprovechar el oportunismo de la curia, para dizque colocarse contra la reelección presidencial, que está amparada en la Constitución de la República en su artículo 124 y en un afanar abusivo, cuando los tres deberían responder del porqué en los respectivos gobiernos que estuvieron, hubo demostración tan indigna de enriquecimiento desproporcionado desde el poder como de corrupción a gran escala.
Los tres desalmados, no tienen calidad alguna -ni moral y tampoco personal- para enrostrarle nada negativo o hiriente al presidente Luis Abinader, pero quieren volver a asaltar el poder y lograr con sus partidos, que la corrupción más abusiva y denigrante campee por sus fueros. ¡Atrás a semejante trio de farsantes! (OJO)