Una especie de garata al puño pretenden escenificar unos productores de medios electrónicos y comunicadores “independientes”, contra un desalmado comerciante y aparente narcotraficante y lavador de activos, a quien le imputan amenazas contra su integridad física y ejercicio profesional.
El individuo, a quien se le entiende presunto aliado del oficialismo y como aparente donante a favor del PRM en la campaña electoral del 2020, parecería, que debido a las imputaciones delictivas que arrastra y junto a su esposa y un hijo y por narcotráfico y lavado de activos, no se siente cómodo con que alguien le coja en su boca.
Acusaciones, que por lo visto ha logrado congelar y al grado, de que el ministerio público no se atreve a imputarle. Parecería que inquieto porque a su esposa -legisladora ella- y en afanes reeleccionistas, las imputaciones podrían afectarle para lograr su nominación, ha preferido pasar a los hechos y de ahí las imputaciones que se le imputan.
Se trata del comerciante y donante político, Micky López, quien por lo que se le imputa, parecería que es una persona desalmada que no guarda limites y a la que, hasta ahora, ninguna autoridad, policial o del ministerio público, se ha interesado en determinar la veracidad o no de las imputaciones y lo que evidencia una falla gubernamental grave.
Lo que se entiende, es que los tres involucrados son pájaros del mismo plumaje y que cada uno sabe de que pie cojea el otro y lo que nos hace decir, que supuestamente, un desalmado comerciante y supuesto narcotraficante y lavador de activos y presunto aliado del PRM, amenaza a periodistas y comunicadores, quienes en conjunto y al igual que el sujeto, son traficantes de influencias. La situación no debe tirarse en saco roto y el Colegio de Periodistas debería involucrarse. (DAG-OJO)
