Era entendible, que cuando en el 1961 República Dominicana solo tenía 2.5 millones de habitantes y era una nación rural y subdesarrollada con un bajo índice de juventudes, que la mayoría de edad impusiera sus gustos y preferencias y se escandalizara por las conductas de los más jóvenes.
Pero ahora que este país cuenta con 10.5 millones de habitantes de los que el 80 por ciento nació desde enero de 1962, es un absurdo que a esa nación de jóvenes, las viejas generaciones y los mass media pretendan impedirles que manifiesten sus gustos y preferencias y los que se corresponde a que se está en una nación joven y de economía emergente donde el 90 por ciento de la población viaja constantemente al exterior y la mayoría expuesta a los gustos y preferencias de los inmigrantes dominicanos en el exterior y ahora con sus familias extranjeras de origen dominicano.
De ahí que cause extrañeza las reacciones desproporcionadas de una minoría dentro de los grupos de participantes y entre estos, una que otra locutora o comunicadora plástica de apellido Sued, que dicen no gustarles los artistas que fueron presentados como invitados, pero los que, una vez comenzado el concierto, se comportaban igual que todos los jóvenes asistentes, perreando a más no poder.
Por las crónicas periodísticas, supimos que “el artista urbano boricua Bad Bunny se presentó dos noches consecutivas en el Estadio Olímpico con el World’s Hottest Tour. “El concierto fue totalmente vendido en ambas funciones y todo el que se dio cita catalogó el evento como un hecho histórico, donde el intérprete de "Ojitos lindos" hizo un recorrido por toda su carrera musical”. (DAG-OJO)