miércoles, mayo 21, 2025
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El concepto refugiado que la ACNUR tanto pregona quiere imponerlo aquí en su parte in fine, porque el país (Haití) del que provienen “está sumido en violencia conflictos armados u otros acontecimientos que alteran gravemente el orden público”

En el caso haitiano, es necesario que se entienda, que esa parte no se aplica y por la contundente razón, de que, de sus 11 millones de habitantes, ahora mismo solo cinco millones podrían estar expuestas y no del todo a la violencia fratricida hija de sus pandillas criminales que se encuentran apostadas en Puerto Príncipe y esto así, porque quien se sienta en peligro en su capital perfectamente puede trasladarse al interior haitiano y hacer su vida allí.

Los burócratas de la organización perteneciente a las Naciones Unidas, la “Agencia de la ONU para Refugiados” ACNUR y alentados porque el presidente Luis Abinader es un dominicano de origen árabe y haitiano, quien atentando contra los intereses permanentes de la República, ha firmado y se ha suscrito como fiel cumplidor de la nefasta agenda 2030, ha estado dándoles todo el apoyo a la oficina de la entidad en República Dominicana para que los millones de haitianos ilegales que puedan estar o ya se encuentren ilegalmente en el territorio nacional, se les entienda como refugiados y que es un muy grave error de este presidente, quien por ese solo gesto, merecería que se le calificara como traidor a la patria y con todas las consecuencias que semejante calificativo entraña.

Recordamos, que treinta años atrás, en plena etapa desarrollista balaguerista de los doce años (1966-1978) empleados de la entidad de la ONU intentaron hablar y hacer entender lo importante para ellos, de que por lo menos en el borde fronterizo se crearan campos de refugiados a los que aquel presidente eminentemente nacionalista se opuso a rajatablas, igual este medio y en lo político y de manera específica el partido FNP y siendo al respecto una oposición de manera sostenida y vehemente.

Luego, cuando ese partido tan dañino como lo es el Revolucionario Dominicano (PRD) y sobre todo su ramal en el exilio antitrujillista, hizo lo imposible por retomar el tema, pero fue ahora y luego que su hijo putativo, el Revolucionario Moderno (PRM) llegó al poder fraudulentamente desde el 2020 y repitiendo en el 2024, que la ACNUR ha avivado su interés y como hace tres días toda la nación lo ha comprobado, cuando con el consentimiento del presidente Abinader, agentes de la ACNUR se reunieron con el director de Migración, reunión que fue aprovechada para plantear abiertamente la “convertibilidad” del haitiano ilegal por “refugiado” y lo que inmediatamente trascendió a la atrapada opinión pública, provocando un rechazo absoluto.

Desconocemos que diablos es lo que ha pasado por la cabeza del presidente, que se ha comportado de manera tan poco dominicanista y a quien hay que advertirle, que de insistir con esa interpretación, le costará el cargo y la caída de su gobierno y que es una situación tan grave, que ya hay que planteárselo firmemente y como la consecuencia directa de dejar que la ONU imponga la inexistente condición de refugiado a gente que han abandonado su país para entrar y quedarse ilegalmente en el vecino, cuando haitiano que se sienta inseguro en su capital, recálquese, lo único que debe hacer es inmigrar al interior de su país donde no existe problema alguno para vivir, educarse, trabajar y desarrollarse en cuanto iniciativa de trabajo o negocios así quisiera.

Ahora, la ACNUR ha logrado que Abinader apoye la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967 y que es un reconocimiento irregular, puesto que ningún gobierno dominicano o presidente no tiene calidad de hacerlo, hasta que la población se manifieste sobre este particular por medio de un referéndum o plebiscito o como se quiera denominar una consulta popular de opinión directa. Y teniéndose en cuenta que el llamado “Pacto Mundial sobre los Refugiados” no es vinculante al sistema jurídico de ningún Estado y por lo tanto, hay que verlo como una intención y nunca como una obligación y que al parecer la oficina local de la ACNUR ha querido hacerle entender de manera oportunista a Abinader.

Para la ACNUR, la condición de refugiado “se trata de personas que han sido forzadas a abandonar su país de origen y, por tanto, han buscado protección en otro Estado. Les es imposible volver porque existe el riesgo de que sean perseguidas por su identidad o por sus creencias, o bien porque el país del que provienen está sumido en violencia, conflictos armados u otros acontecimientos que alteran gravemente el orden público”.

Tal definición tan oportunista no se ajusta a la realidad haitiana, toda vez que la violencia es la parte correspondiente a la capital haitiana y en particular sus barrios periféricos y aun así, la gente y mal que bien desarrolla su día a día. Solo en esos barrios periféricos es que la violencia de las pandillas altera el orden público, ni siquiera gravemente y por la simple razón y esto hay que recalcarlo, de que el haitiano de la capital que entienda que la violencia no le deja desenvolverse normalmente, perfectamente que tiene las vías para inmigrar al interior y esto hay que puntualizarlo y por razonamiento a contrario, es evidente que los dominicanos no tenemos por qué aceptar una población haitiana ilegal.

Lo anterior es tan cierto, que ayer pandilleros realizaron un ataque masivo contra la sede del principal grupo mediático haitiano y de inmediato sus ejecutivos trasladaron sus operaciones en otro sector de la capital haitiana y en donde sus medios operan sin ninguna interrupción y lo que demuestra que efectivamente los capitaleños haitianos pueden movilizarse en otros barrios o trasladarse al interior de su país y significando que nada impide que los haitianos vivan en su propio país y como tan torcidamente la ACNUR quisiera hacer creer.

Y no se trata de racismo, pues la población dominicana y en conjunto, es mulata, negra en gran mayoría y también mestiza y poco de blancos e ínfimamente, amarillos (asiáticos).

Ha sido desde el 2020 que Abinader y su gobierno plutocrático compuesto por ricos dominicanos y haitianos, ha permitido que cerca de 300 mil ilegales entraran al territorio nacional y llegándose ya a la delicada situación de tener un promedio de un millón de ilegales y cerca de 200 mil documentados y lo que se ha agravado con ese comercio de tráfico militar de haitianos ilegales, que el mismo Abinader ha estado tolerando abusivamente.

Por eso, a este presidente supuestamente “dominicano” y de origen árabe y haitiano y por parte de padre y madre, hay que advertirle firmemente que nadie le va a aceptar la apertura de ningún tipo de campo de refugiados y mucho menos la entrada de ilegales haitianos como supuestos refugiados a la carrera y si lo hace, hay que repetírselo, perderá el poder ahora usurpado que detenta.

Contrario a su pésima actitud, recordamos al presidente haitiano, René Preval García, hijo de madre dominicana y quien nunca utilizó su cargo para afectar los intereses haitianos y tampoco meterse en los asuntos migratorios de sus vecinos dominicanos. Abinader no ha hecho lo mismo y de hecho se ha convertido y en esta materia, en una especie de agente encubierto que atenta contra la nacionalidad dominicana.

De ahí que digamos, que el concepto refugiado que la ACNUR tanto pregona, quiere imponerlo aquí en su parte in fine: “porque el país del que provienen está sumido en violencia, conflictos armados u otros acontecimientos que alteran gravemente el orden público”. y lo que es una gran mentira. Con Dios. (DAG) 14.03.2025

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