Cuando hubo aquello del aumento del cauce del Rio Blanco en la frontera y el desborde los lagos fronterizos más el crecimiento desmesurado del Yaque del Sur y junto a los torrenciales aguaceros que acompañaron aquel fenómeno natural, que provocara pérdidas de vidas humanas, destrucción de carreteras, caminos vecinales, puentes, caída del tendido eléctrico y comunidades a las que no se podía llegar y todo por más de dos meses en todo el país. En aquella ocasión la ayuda solidaria criolla no fue suficiente y hubo que apelar a la internacional. La economía era buena pero no todo lo excelente de ahora.
Sin embargo, cuando ahora la respuesta masiva ha sido rápida y todas las instituciones se han mostrado agiles y preparadas y la misma presidencia de la República ha sido extremadamente diligente e igual el presidente Abinader, involucrándose directamente y la ayuda de las instituciones públicas y privadas ha sido como nunca.
No se entiende el por qué en el Gobierno se insiste en hablar de que los “daños han sido cuantiosos” y olvidando, que el mismo Abinader reveló que había un préstamo de 200 millones de dólares aprobado por el Congreso cuyo monto podría ser utilizado.
A este día, el país ha salido con presteza de los embates del viento y las lluvias y en lo que se corrigen ciertos daños, la República sigue en marcha. ¿Por qué no admitir que la República Dominicana de hoy y como economía emergente, ha dado una demostración soberbia de que se ha cambiado y para bien? (OJO-DAG)