Haití ya se encuentra en el inicio de una nueva intervención estadounidense que tiene un ramal de penetración directo contra la soberanía dominicana

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Todo se inició desde el momento que Canadá anuncio el envío de una unidad naval y soldados “de protección”, cuya unica misión era ver y dejarse ver en las áreas circundantes del golfo de Gonaïves y con cercanía “cautelar” frente a la misma capital Puerto Príncipe.

La escenografía bélica continuó en firme, desde el momento que tres semanas atrás, Washington admitió que unidades especiales suyas de las fuerzas US Navy Seal o especiales antiterroristas, ya se encontraban operando en territorio haitiano.

Mientras al mismo tiempo, la CIA y con su estación local “desde el principio de los tiempos”, maniobraba de la seca a la meca y dejando o alentando que las peores diabluras fueran realizadas y por haitianos de origen estadounidense y quienes junto a sus socios de la burguesía local, mantenían un continuo contrabando de armas de guerra, que “por sorpresa”, muchas paraban a manos de las pandillas que estaban protegidas por la burguesía, el alto comercio y la banca, en tanto el sector mediático se hacía de la vista gorda.

La situación alcanzó su apogeo, cuando una banda de mercenarios colombianos fue contratada por 20 millones de dólares, para supuestamente eliminar al presidente del país, al tiempo que paralelamente, un operativo de magnicidio real, con unidades de inteligencia estadounidense se llevaba a cabo, mientras la mayoría de la gente solo estaba pendiente al accionar de los colombianos, quienes fueron el pretexto y con miras de desviar la atención pública y quienes realmente fueron utilizados para asesinar a determinados oficiales policiales.

Con el asesinato del presidente, el llamado “golpe suave” se llevó a cabo contra lo que ahora se conoce eran los agentes operativos de amplia vista pública, como el entonces ministro de exteriores y la misma primera dama y de los que ahora, en Washington decidieron hacer público que estaban implicados en el magnicidio y ante lo cual, un juez federal demandaba sus presencias.

En realidad, se trataba de una gran escenografía de simulación táctica, que encubría la colocación de un primer ministro de facto, tampoco nada ocioso en lo de la ocurrencia del magnicidio y que en base a su designación y de golpe, la clase política haitiana quedaba por nueva vez más que dividida.

A este punto, el nuevo gobierno títere y en su tiempo de ejercicio hasta que se le dio la patada que tiene ahora como exiliado y mitad libre y mitad preso en Puerto Rico a quien les había servido como primer ministro de facto, facilitó los planes estadounidenses de reforzamiento de las bandas pandilleriles, de forma -que en su tiempo- dividirles a más, mientras hace dos días, las fuerzas especiales creaban el escenario de “un intercambio de tiros con la policía” y para, de golpe, eliminar a cuatro forajidos.

Ni que decir, que lo que hay de mascarada de gobierno provisorio, a cuya cabeza se encuentra el ministro de economía, que en realidad es manejado desde la embajada estadounidense, concomitantemente fueron creándose las condiciones para que militares del Comando Sur, de hecho, se convirtieran en la fuerza determinante, esa que en definitiva, tiene la encomienda política de imponerle a Haití una nueva intervención militar “pacificadora” y para darle tiempo a la cámara de comercio americana-haitiana o como se llame, a tener y al día, el “cronológico” de las principales riquezas naturales y para que, su adquisición se pudiera disfrazar de “inversiones” estadounidenses  y al más puro estilo mafioso.

El siguiente paso por seguir, fue darle protagonismo a lo poco que hay de policía en el país transfronterizo y de manera, que, ante ojos del público, sea la fuerza operativa y protagonista, en lo que vendrá ahora como accionar de exterminio de las bandas pandilleriles, pero apuntando directamente a la cabeza del expolicía que hasta ahora y en apariencias, se ha alzado con el santo y la limosna en materia de manejo más o menos creíble del vacío de poder civil que ha sido creado.

Lograda la muerte del expolicía o su exilio, entonces EEUU lanzará abiertamente sus unidades militares de fuerza rápida y hasta controlar a toda la nación y teniendo de ayuda, a un Caricom, cuyos ejecutivos están locos por soltar la papa caliente que les significa y a un disfraz mejor elaborado de gobierno provisional, cuyos miembros -prácticamente ya conocidos- divididos entre sí a profundidad y antes de estar constituidos de facto, serán los que justificarán la nueva intervención militar.

Y como la política de cuadratura del círculo todavía no está cumplida y debido a que el vasallo gobierno dominicano, al que Washington alienta a implicarse y como pago de sus apoyos para una reelección posible, deberá cumplir la parte de la estrategia que ya está desarrollándose y que, a espaldas de la misma nación dominicana, conlleva una especie de fusión militarista preventiva y que desde un mando central, tenga el control de los dos países isleños.

El único problema que Washington tiene, es que los dominicanos y desde su sociedad civil como desde sus fuerzas vivas, están “moscas”, es decir más espantados que un mulo y nada dispuestos a aceptar, que con el auxilio del Acnur, darle un “maquillaje” de refugiados haitianos, a todos los haitianos y tanto los ciudadanos del propio Haití y en su territorio, como quienes se encuentran en esta nación y con el solo propósito y esto, pensándose en una salvaguarda ante los problemas geopolíticos en Europa y para que en la isla entera no haya desborde de ninguna naturaleza y salvo que la elaborada planificación, en sus resultados pudiera írsele de las manos.

Hasta ahora, ni haitianos y tampoco los dominicanos tienen una idea más o menos aproximada de lo que Washington pretende, pero estamos seguros, que cuando la realidad explote, en su desosiego, dominicanos y haitianos se unan para enfrentarse a un Washington que también ha tomado nota de la probabilidad de una especie de guerra civil compartida para enfrentar la amenaza estadounidense.

Nosotros no vamos a decir más en este ejercicio de lucubrar o elucubrar y no para cavilar y sí para que se reflexione cuidadosamente sobre lo que podría ser y aún no es, pero que necesariamente y la experiencia histórica está ahí para avalar la inquietud, que tampoco fuere que no pudiera presentarse.

En otras palabras, dominicanos y haitianos deberían empezar a pensar, que la posibilidad de que las soberanías de sus países tuvieran en gran peligro y mucho más, si se da la guerra en Europa y aquí con sus ramificaciones directas en Venezuela, Cuba, Puerto Rico, Florida, Nicaragua y Colombia, que nos arriesguemos a decir y si Dios no mete su mano, que Haití ya se encuentra en el inicio de una nueva intervención estadounidense, que tiene un ramal de penetración directo contra la soberanía dominicana. Con Dios. (DAG) 22.03.2024.