Cómo siempre y cada vez que la policía nacional se ve superada por sus propios hechos y ante su realidad, de que hay momentos que la delincuencia se le va de las manos y motivado al accionar delictivo que sus agentes en los cuarteles tienen con el mundo del crimen y las drogas, su dirección central pretende volver a lo mismo de siempre: Imponer una política de estado de sitio y con lo que se propicia el cese de la libertad de tránsito de los ciudadanos con el comportamiento hostil de los policías en contra de todos ellos.
Ahora resulta, que el nuevo encargado de la policía en la ciudad de Santiago como para Moca y La Vega, ha dispuesto de patrullajes intensivos en determinados barrios populares y de clase media en la ciudad de Santiago y como inicio de una escalada mayor, con lo que en la practica la policía le envía un mensaje a sus socios del bajo mundo a que se trasladen a los barrios en donde los operativos no se realizan y por lo que se verá el incremento de robos en barrios de clase media alta y rica.
Al mismo tiempo también llama la atención como la misma prensas tradicional disfraza semejante vulneración de derechos diciendo y como recoge el matutino centenario capitaleño: “Con fusil en mano y acompañado de oficiales superiores, subalternos y alistados de los departamentos investigativos, el nuevo director de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional, general Claudio Edgar González Moquete, recorre desde la noche del jueves sectores de Santiago en aras de contrarrestar los actos delictivos, la violencia y otros ilícitos” y revelando el ridículo resultado del espectáculo montado: “La Policía dijo que en las operaciones fueron detenidas 20 personas, se ocuparon diez motocicletas, se desmantelaron once puntos de venta y distribución de sustancias controladas”.
De permitir el ministerio de Interior y Policía que la dirección policial actúe de manera tan arbitraria como desproporcionada y de llevarse el ensayo a nivel nacional, veremos en poco tiempo que la paz social quedará duramente afectada al momento que la población caiga en cuentas de que con el pretexto de “acorralar a la delincuencia”, en realidad, lo que el gobierno está haciendo es alterar la paz social en imponer un toque de queda sumario, abusivo y clandestino.
Si la policía no tiene capacidad para trabajar dentro de una sociedad democrática y solo sí y como si se viviera en una dictadura, entonces que el gobierno se prepare a enfrentar una tempestad política de imprevisibles consecuencias. (OJO)
