Se estaba en el gobierno de Hipólito Mejía (2000-2004) y siendo ministro militar el general José Miguel Soto Jiménez, cuando se envió un fuerte contingente militar a Irak como parte de la alianza existente con EEUU. En esa época las fuerzas armadas y la policía nacional estaban dominadas en gran mayoría, por los oficiales cajotas, es decir, sin preparación castrense y tampoco espíritu de cuerpo, pero que habían accedido a los mandos por asuntos de políticos y amiguismo.
Con anterioridad a este contingente, hubo otro que partió y estuvo un tiempo en la antigua Yugoslavia tratando de contribuir al restablecimiento de la paz.
Igual que lo ocurrido con los primeros, quienes según llegaban, los cajotas no los querían en las filas y tanto por celos como por envidia y egoísmo al ser los mejores preparados para el combate como la labor de policial de prevención, todos fueron cancelados y dañándoles sus registros como militares y policías.
A todo esto, lo más grave, es que el contingente que fue a Irak, el Estado no le pagó sus viáticos mensuales que les correspondían por estar en servicio. Soto Jiménez nunca ha querido hablar sobre el asunto y por lo que debido a ese silencio los rumores cunden.
¿Qué sucedió? Que el Estado le adeuda al contingente de 602 soldados, más de un millón 900 mil dólares y todavía no les paga. El presidente Abinader y por aquello de la continuidad del Estado, parecería que está dispuesto a cubrir el compromiso, pero hasta ahora la crisis actual no ha facilitado las cosas y lo que no quiere decir, de acuerdo con nuestras fuentes, que el presidente no este en la mejor disposición de resolver la situación.
Esta mañana los quejosos motorizaron una especie de protesta frente al Palacio Nacional y tuvieron acceso a dar declaraciones a la prensa. (DAG-OJO)
