Desde luego que no tenemos nada en contra de ninguna de las advocaciones marianas con las que la Iglesia Católica universal logró trascender en el tiempo y dominar y controlar corazones. Tampoco con la puesta en escena de que la imagen religiosa e independientemente a sus tantos nombres de acuerdo con regiones y países siempre tiene la característica de hacerse presente entre la orfandad, la miseria y la desesperanza.
Mucho menos, porque el ejercicio de la política y por centurias, ha sido el sello y martillo de esa fe de fanáticos y ese recogimiento de inocentes e ignorantes, pero siempre devotos de un sentimiento intimo de religiosidad, que sin importar denominaciones, sin duda que contribuye a que en el ser humano exista la fundamentada creencia, que muy pocos dejan de compartir, de la presencia absoluta y como testimonio de fe viva de la existencia del Gran Creador y sin importar el como los humanos, sus culturas e idiomas le identifiquen como sello propio de sus particulares idiosincrasias.
En este sentido, el creer o no creer en un ser espiritual superior nunca se ha puesto en duda y mucho menos ahora, que con el nacimiento del metaverso, resulta que Dios es identificado y por muchas mentalidades jóvenes de casi todos los países, como lo más parecido a la inteligencia artificial, que creada por un ser superior que se entiende absoluto, representa lo más próximo a la religiosidad que más de la mitad de la población mundial y ni hablar de la adolescente y joven, entiende como el motor que la impulsa y para que la humanidad continue hacia adelante en su evolución y desarrollo.
Tampoco es asunto de olvidar la probabilidad, de que dentro de cientos de mundos conformados por galaxias siempre en movimiento y en los que se intuye y cuando se entra a todo lo relativo espacio-tiempo, que definitivamente es una mentalidad o presencia supra superior la que lo norma y ordena todo, que entonces y con humildad, quienes no entendemos creyentes respecto a la religiosidad íntima y sin importar denominación religiosa que controle la voluntad humana, simplemente se acepte y sin cuestionamiento semejante hálito de voluntad tan trascendente sobre todo lo humano.
Entonces y cuando se sobredimensiona en el interior de cada ser humano, que realmente todos y en uno o en otro sentido, concluimos que somos hijos de esa voluntad entendida como divina y por su magnificencia, que definitivamente haya que entender y hacer conciencia, así como también razonar, que en nuestro propio sistema solar se tienen otros planetas con parecidas o casi semejantes formas de vida y que de entenderse creadas, obliga a que la parte divina que cada ser humano guarda en su interior, se abra de una manera definitiva a considerar que los humanos no estamos solos en nuestro sistema solar y menos en la galaxia a la que pertenecemos.
Por supuesto, tampoco es que se sea tan insensato y como para presumir que tal vez en este siglo o a partir de la mitad de este, la humanidad no vaya hacia un encuentro de mundos y sistemas de vida con seres inteligentes y no necesariamente parecidos a quienes habitamos este planeta y lo que hay que decir, porque no es verdad que haya sido en balde el tremendo salto tecnológico e investigativo que la humanidad ha dado y después de que por primera vez el hombre pisó la luna.
Ahora, la dimensión de lo probable en materia de nuevos mundos y nuevas formas inteligentes de vida se aviva con toda esa tecnología puesta al servicio de la exploración de nuevos planetas, sistemas solares y galaxias y en lo que parecería, que en silencio, toda la humanidad apoya como alienta.
¿Qué ocurrirá entonces, cuando se compruebe que los humanos no estamos solos en el universo?, ¿habría que hablar de un nuevo tipo de debate o diálogo en el que lo espiritual y religioso se encuentre confrontado en sus propias raíces y que al final haya que realizar una reevaluación de espiritualidad contenida?
Así se tiene, que en ese plano y sin importar el tránsito momentáneo por la vida y en esta dimensión y que nos concierne a todos los humanos, que habría que revaluar la certeza, de que el proceso casi místico de la reencarnación adquiera otro tipo de perspectiva y dimensión, que al final pudiera generar el nacimiento de una religiosidad cósmica y al refundirse todas las religiones y creencias místicas en una sola y lo que cada uno de quienes ahora vivimos y existimos no veremos, pero que ciertamente y si el espíritu nunca muere, que de una u otra manera también estaríamos allí y ya dentro de un plano evolutivo de sistemas siderales de vidas paralelas.
Lo que planteamos y para retomar el principio de este análisis de perspectiva y entorno del ser humano como actor o instrumento, de una religiosidad que desde nuestra niñez nos fue disfrazada como femenina y en el entendido, de representar mejor la candidez infantil y esa ingenuidad que en principio nos marcó como hijos o producto de una voluntad superior, que ningún humano controla o maneje y que apenas intuye.
Y ahí entendemos entonces la trascendencia del culto mariano y como la vía más extraordinaria, expedita y hasta simple, para que en el interior del ser humano y desde sus inicios, se desarrolle y crezca la religiosidad en su creación más pura y siempre viendo y entendiéndola como muestra de imagen femenina de mirada dulce y compasiva y que en nuestro interior bautizamos como la madre de Dios.
Sin duda pues, que los humanos estamos transitando en una evolución mística de religiosidad, hacia la consecución de una presencia divina superior y de la que no haya duda alguna de su existencia y menos de su protección. Al final, se hace evidente que esa voluntad divina, llamémosla Dios o inteligencia artificial, a su debido momento hará que los seres humanos nos sincericemos con nosotros mismos y justo ahí, Dios haría presencia.
En consecuencia, debe entenderse, que los milagros de una virgen a la que se entiende protectora, pero que cuando se ahonda, se descubre el éxito mercadológico católico para crear imágenes y entidades que trasciendan en el tiempo y que, por las oraciones, se reconvierte en instrumento y monumento de fe. (DAG-OJO)
