Cuando algo está para ti ni que te quites y cuando no lo está ni que te pongas, el presidente Luis Abinader tenía aspirando unos cuantos años y durante mucho tiempo nada parecía indicar que había posibilidades reales y parecía destinado a repetir la historia de su padre: el eterno aspirante.
Pero el PRD se dividió y ante la premura y reconociendo una oportunidad, ofreció como cordero en sacrificio el partido de su progenitor, para que fuese la nueva casa de los entonces huérfanos experredeístas, aunque tampoco fue que quedarse con la presea fuese tan fácil, Papá no estaba dispuesto a entregar un liderazgo construido durante más de 30 años en el partido del jacho, sin embargo, al parecer aprendieron algo de los errores pasados y como buenos hermanitos las fuerzas del después PRM se repartieron el pastel de manera equitativa, permitiendo con la jugada además que su dirigencia exhibiera cierta coherencia al menos de nombre con el título de Moderno y vendieron juventud y relevo a un país cuya población es en mayoría ya, menor de 50 años y allí nace ¡el cambio!
Pero no estaban solos en la carrera, aunque a muchos viendo el descrédito que arrastran se les olvida que el PLD hasta poquito antes de su convención parecía imbatible, pero la soberbia pudo más, en contraposición con el cambio y a expensas del famoso pragmatismo que habían hecho gala siempre, permitieron que esa estructura se anquilosara, se creyeron ellos mismos las películas que le vendían a la población, vino la Marcha Verde «eso no importa eso no es sostenible en el tiempo», fiesta y fiesta por doquier, el boato y el dispendio haciendo mella en la psiquis de los dominicanos, mega divas y familias con sueldos exorbitantes incluso por encima de los mismos peledeístas, un grupito quedándose con todo y sobre todo (ay sobre todo) aquellos 2 egos, que no terminaron de entender la expresión famosa de que es «mejor arriba con presión que abajo con depresión» e hicieron suya la otrora frase perredeísta que «sólo el PRD destruye el PRD», sólo tuvieron que cambiar una letra para hacerla realidad, los danilistas en su cequera nunca tuvieron plan B acostumbrados como estaban al poder de Don Dinero, nunca planificaron que hacer, de no haber reelección y jugando al tiempo, error, cuando quisieron despertar ya era tarde para ablandar habichuelas y ante el miedo de un nuevo Lenin (el de Ecuador) fabricaron a la carrera y enterraron a la vez a Gonzalo, para enfrentar a nada más y nada menos que al León, su maniqueísmo, no les permitió ver los matices y que Leonel perdiendo ganaba, que él estaba plenamente convencido de que si Danilo hubiese podido ser el candidato, ganaba y él iba a desaparecer del escenario político porque no agüantaba otro período más, así que había que evitarlo a toda costa, por otro lado si no lo dejaban pasar era la víctima, el PLD perdía y el muerto no sería de él, después de todo él siempre ha ganado, pero más importante se reeditaba políticamente, tendría una fuerza que responde exclusivamente a él sin negociaciones y sin compartir escenario y con control total de un presupuesto que le permite jugar en las grandes ligas y no sólo gracias a su prodigioso verbo, así que finalmente el danilismo no entendió que para Leonel era cuestión de vida o muerte y el resultado salta a la vista, porque además no entendieron al PRM, ni cómo piensan, ni cómo actúan, y contando que con una fuerte base perredeísta pensaron que tratarían con la tradicional ingenuidad política con que solían hacerlo, olvidando el crisol donde estos se templaron los últimos años y con un librito muy parecido al Balaguerismo como guía, mientras, los morados parecía que se manejaron en el manual sociológico de Bosch y no entendieron totalmente que la sociedad cambió y mucho y no reacciona ni se comporta de la misma manera que la sociedad de los 60s u 80s e incluso 90s.
Y así regresamos al PRM, el partido que por juventud no le tocaba, pero que sí le tocaba y todas las fichas se recolocaron para que así fuera, aunque uno no sabe si felicitarles por ganar o tenerles pena por hacerlo en este contexto, al PRM le esperan años muy duros, no se sabe si ellos son del todo conscientes de la serie de circunstancias que le permitieron alcanzar el solio presidencial, el PLD perdió, que no es lo mismo que decir que el PRM ganó y esas particulares circunstancias no necesariamente van a repetirse en el 2024, muchos actúan con la presunción de que la reelección será automática y está grabada en el mismo acero del escudo aquel del capitán América, cuando se llega con votos prestados hay que pisar fino, es un triunfo con pies de barro, si bien la sociedad ve muy bien la lucha anticorrupción estadísticamente ese no es su problema principal, ni siquiera está entre los 1eros 3, y hay que ver los resultados a futuro para el PRM de la limpieza en el Congreso, porque habría que ser muy inocente de que si ellos caen, lo harán sólo, puesto que nadie invierte así para que luego le hagan como a Roy Tabaré el vacío para que se estrellen, y si hablan a Dios que los agarre a confesados (y no sólo al PRM en un escenario semejante no queda títere con cabeza en ningún litoral) esa limpieza podría salir muy bien con el pueblo premiándoles por desparasitarse o muy mal con el pueblo pasándole factura por haber permitido la infección, cuando te llevas del Estado medio millón de personas cosa a la que tienen derecho, pero los humillas y maltratas, te ganas millón y medio de ciudadanos en tu contra, los errores normales en los primeros meses pero que no se han quedado ahí, continúan causando escozor, la base perremeísta fuera, esperando el 24 para cobrársela, un juego geopolítico duro y que por ahora no parece a su favor, parecen indicar que a pesar de Abinader hacer todo lo posible por hacerlo bien, la suerte puede que no le acompañe en este escenario de justicieros digitales, de traiciones, juegos sucios, geopolíticos y financieros, se les olvidó que no hay amigos si no aliados y estos son circunstanciales.
Es temprano, aún están a tiempo de enderezar el barco, tal vez por eso corre el rumor que la modificación constitucional realmente es la búsqueda de bajar el umbral del 50 + 1 colocado expresamente para cerrarle el paso a Peña Gómez y que con el escenario descrito, haría casi imposible repetir la hazaña del 20, pero con un 40% de tope la cosa cambia, porque en una 2da vuelta con la Constitución actual los morados y verdes tendrían que ser muy obtusos y sentir demasiado odio como para no encontrar un punto de entendimiento.
Falta mucho, aunque no falte nada para el 24, a final de este año, ya hay que entregar estructuras a la Junta Central Electoral, en unos meses hay que empezar a buscar quienes llenaran esas boletas y habrá que ver si el partido de gobierno será capaz de caminar y comer chiclets al mismo tiempo y además si recuerdan que no es el mismo escenario, todo eso con Carlos Pimentel y el trío dinámico de la Procuraduría pisándoles los talones.
Mientras la suerte está echada. Por: Abril Peña [Hoy]