La segunda parte de la encuesta G-DL decepciona y en su punto débil de mostrarse lo necesariamente independiente para que la ciudadanía pudiera entender que se está frente a unos resultados absolutamente creíbles y no lo preocupantemente tendenciados de cómo se muestran.
En resumidas cuentas y por eso no nos haremos eco inextenso de la misma, lo que se indica y hablando en criollo, es que “llueva, truene o ventee” lo que se pretende es meterle por ojos, boca y nariz al lector, que Abinader y no importa el escenario, será el candidato ganador y lo que será muy buen resultado para el grupo económico al que nos referimos, pero nada bueno para un candidato oficial, que lo que necesita, es que por sus propios méritos y que los tiene, la gente concluya que es el mejor y no, que un periódico le diga o señale quien es su mejor candidato.
De ahí, que ahora se entiende, por qué allegados, familiares y empleados del citado grupo económico, han empezado a comentar entre sus conocidos “que hay que votar por la reelección” y que, al asociarlo a la muestra demoscópica de hoy, está claro que sospechosamente esta encuesta no se encuentra en los niveles de imparcialidad que se esperaban. Muy lamentable. (DAG-OJO)
