lunes, marzo 17, 2025
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Si ahora el gobierno de Trump dice, que Cuba, Nicaragua y Venezuela “son enemigos de la humanidad” y que, en cuanto a Haití, ordenó el cese de la contribución para la fuerza multinacional. ¿Acaso el meta mensaje que tenemos es mantener equidistancia ante esos tres países y ser la fuerza letal contra las bandas haitianas?

Si se estuviera en el clímax de la Guerra Fría en esta parte del mundo, a lo inmediato todos los poderes de este país entenderían el mensaje que directamente se les envía y sobre todo, si se recuerda, que el Ejército Nacional tuvo una participación destacada en el derrocamiento de Jacobo Árbenz Guzmán el 27 de junio de 1954 y el ascenso a lo inmediato del coronel Carlos Castillo Armas como nuevo presidente de Guatemala y como resultado de un plan preparado por la CIA.

Eran los tiempos en los que la lucha ideológica entre la URSS y EEUU estaba escalando un nivel crítico y como producto, de que Washington no quería perder su hegemonía en esta parte del mundo y que este país, entonces dominado por la dictadura de Trujillo, era un fiel ejecutor de las políticas de control geopolítico estadounidense.

Ahora, 71 años después de aquel acontecimiento y ya con 68 años del asesinato de Castillo Armas a manos presumibles de la CIA, lo que estamos viendo, es el levantamiento de un escenario, tan feroz o peor desde Washington y en momentos que los gobiernos y clases políticas de Cuba, Nicaragua y Venezuela e interpretando a su riesgo sus respectivos acercamientos con Rusia, han creído que ellos podrían tener la tutela de un nuevo amo que reemplace a aquel otro que siempre los ha supervisado.

Al mismo tiempo y a diferencias de los años de la década de los cincuenta del pasado siglo, las Fuerzas Armadas dominicanas no son ni por asomo las poderosas unidades de tierra, aire y mar que lucían temibles frente a los vecinos de este país en el área caribeña, pero sí lo suficientemente fuertes para ser el control obligado, de un Haití, cuya clase política y empresarial creó la situación y junto a sectores ricos de estadounidenses y canadienses de origen haitiano para que el pandillerismo social deviniera en uno de terrorismo cuasi castrense.

Sin embargo, hay que decir, que la calidad formativa de la mal llamada “clase gobernante” dominicana, ahora mezclada con su parecida haitiana y conformando el primer gobierno plutocrático que este país tiene y presidido por un presidente de origen árabe y haitiano, como lo es Luis Abinader, parecería difícil que este gobierno se amoldara al nuevo papel, que, en lo geopolítico, en el gobierno de Trump creen que pudieran confiarle.

Con todo y la duda, lo cierto es que EEUU no tiene otro camino que arriesgarse con Abinader y por lo menos, hasta que la situación de estado fallido de Haití y con un gobierno no cimentado en las fuerzas vivas de su país y sí en burócratas preparados en universidades estadounidenses, canadienses y la belga de Lovaina, este pudiera controlar la agitada situación que se vive en el país transfronterizo.

Y que es la razón de tiempo, por la que Washington y hasta ahora, no ha presionado a Abinader y no obstante que allí se conoce que el sector militar estaría dispuesto a correr el riesgo y a la primera picada de ojo que los agregados militares estadounidenses le hicieran y teniéndose de especie de garantía, para cuando el estallido asocial haitiano no pudiera contenerse, de la entrada a tambor batiente de los efectivos, armamento y recursos tecnológicos del Comando Sur.

De hecho, lo que está aconteciendo es una especie de guerra fría bizarra que abarca desde la frontera hasta la parte occidental de la isla y de la que Abinader pudiera sacar algún tipo de ventaja estratégica atípica y si se compromete a que los haitianos ilegales de un año en adelante en este país, fueran regularizados y en lo que ya se está con las nuevas medidas de la dirección de Migración, pero llegando al compromiso de cerrar la frontera para cualquier tipo de cruce de personas durante los próximos dos años y también para impedir el contrabando de armas y mercancías.

Pudiera ser y ahora lo sensitivo de las implicaciones de la USAID y sus agentes dominicanos en el golpe de Estado mediático contra el gobierno anterior y su notoria influencia en este de Abinader, que algunos de nuestros lectores entiendan que estamos mostrando mucha imaginación.

Sin embargo, sabemos, que cuando el Secretario de Estado, Marco Rubio,  llegue hoy en visita oficial, cuando la misma estaba programada para el viernes siete en horas de la noche y hasta su retorno a su país el sábado siguiente también en la noche y lo que significa, que la parte de su viaje por Centroamérica fue acortada, la derivación de la fuerte declaración que emitiera ayer contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, tiene como resultado una especie de llamado de atención para el gobierno de Abinader y el PRM e independientemente a cierta observación ácida sobre la implicación de autoridades nacionales financiadas y controladas por la USAID en los tres poderes del Estado y con apariencias, de ser cómplices de agentes del narcotráfico y también de lavadores de activos y de lo que determinados dominicanos de poder político, social y económico y de la sociedad civil se han lucrado.

Por supuesto, con Rubio, Abinader tendrá una dura negociación política y para decirlo con franqueza, casi nada amistosa y en la que algo tendrá que ceder y algo su contraparte estadounidense habrá de transar.

Lo que sí se conoce, es que la opción haitiana es un asunto que la parte dominicana no deberá eludir y si ocurriera, el único recurso de Abinader sería exigirles a sus socios haitianos a que hagan su parte e influyan para que la inestabilidad política en su país sea adecuadamente aligerada o amortiguada y de la que la burguesía haitiana tanto se ha beneficiado. Por lo pronto, Washington está investigando las fortunas de los 20 más ricos de Haití

Del lado dominicano, creemos que los barones mediáticos dueños de la terrible concentración de medios en pocas manos, así como los 38 millonarios que controlan al Consejo Nacional de Competitividad, el CONEP y el Consejo Económico y Social, deberán hacer lo necesario para que en la República no haya un agravamiento de algún tipo de conflicto social a gran escala, mientras al poderoso Banco Popular, se le advierta, que su sistema de espionaje, inteligencia y data, lo ponga al servicio de la guerra fría bizarra que de hecho ya está montada.

De ahí que expresemos, que, si ahora el gobierno de Trump dice, que Cuba, Nicaragua y Venezuela “son enemigos de la humanidad” y que, en cuanto a Haití ordenó el cese de la contribución para la fuerza multinacional. ¿Acaso el meta mensaje que tenemos no es el mantener equidistancia ante esos tres países y ser la fuerza letal contra las bandas haitianas? Con Dios. (DAG) 05.02.2025

 

 

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