Las remesas, son el resultado de los dineros que inmigrantes envían a sus familiares en su país de origen y después de descontar sus gastos y pago de impuestos en el país donde residen y trabajan.
Por lo tanto, no es dinero del Estado y sí de los ciudadanos como contribuyentes y una mayoría como empleados de terceros.
Esto quiere decir, que ni gobiernos y tampoco políticos pueden creerse que tienen acceso libre a esos recursos que están destinados por los inmigrantes a sus familias en su país de origen.
En lo único que el Estado y cual que sea, se beneficia de esos recursos, es que cuando vienen al país de envío como moneda dura, el Estado hace la convertibilidad a la moneda nacional y al hacerlo, se queda con las divisas en dólares y euros y la parte mayor la envía a sus destinatarios originales en moneda nacional.
El Estado hace ese cambio, porque de ese modo y como divisas, entran al Banco Central y para uso de cubrir las importaciones. Pero ojo, a ese momento ya las remesas han sido entregadas como moneda de curso legal a los familiares de quienes las enviaron y el Estado, lo que este hace, es aprovechar la convertibilidad para fines de la economía en sentido general.
Y lo que hay que decir, porque resulta chocante, que un aspirante a diputado en ultramar y en España, se le haya ocurrido “sugerir” destinar el 1% de las remesas enviadas por los dominicanos desde Europa “para abordar los graves problemas que afectan a la diáspora dominicana”.
Propuesta absurda y sin sentido, más bien demagógica y para que sea grata a quien sea ignorante y porque ningún gobierno tiene autoridad para semejante medida y que de hacerlo, se convertiría en un impuesto indirecto producido en un robo. (DAG-OJO)