Después de la gran golpiza que le dieron y por la que estuvo al punto de ser violado o asesinado, ahora el ciudadano cubano que indignado se enfrentó a un policía que le robaba su identidad, pide y mediante su abogado, José Martínez Hoepelman, que la sociedad le perdone y comprenda su penoso exabrupto.
El ciudadano cubano e indocumentado en este país y comerciante de bienes raíces, Julio César Llorente López, ante la avalancha de abusivas declaraciones de condena y estigmatización en las infames redes sociales, medios y periodistas y todos de mentalidad totalitaria, no le ha quedado otra y desde la clínica-prisión donde se cura de sus heridas u daños infringidos y en la que se le tiene humillado, optó por hablarle directamente a la nación y como el último recurso para que no se le trate como un criminal.
En realidad, Llorente López, hizo lo que pocos dominicanos en su mismo lugar hubiesen hecho, al enfrentar la arbitrariedad y abuso de poder por parte de esa policía de tránsito que se tiene y la que, por sus métodos criminales y fascistas, todo el tiempo sus agentes abusan y meten presos a miles de ciudadanos que son víctimas de sus arbitrariedades.
Sí que fue lamentable, que el ciudadano agredido en sus derechos y en su exasperación le hubiese dado una bofetada al agente policial que le humillaba, pero no es menos cierto, que los agentes de la Digesett tienen la característica de abusar permanentemente contra los ciudadanos que conducen vehículos de motor y a los que humillan y ofenden a la menor oportunidad.
Ante esta realidad, POR EL OJO DE LA CERRADURA protesta vehementemente por el abuso perpetrado y al que ahora, el locutor que dirige la entidad pretende suspenderle su licencia de conducir y que de suceder, sería el colmo del abuso de poder continuo que el extranjero experimenta. (DAG-OJO)
