Desde principios de la Era de Trujillo y cuando el mundo se debatía en la segunda guerra mundial, el gobierno nacional dispuso que cada dominicano tenía derecho a un fundo o finquita de diez tareas con la que los recursos necesarios para que una familia se sostuviera se hicieran presente.
¿Cómo?, cultivando frutos menores y criando aves de corral y hasta teniendo una vaca que les garantizara leche, queso, carne y mantequilla y sin dejar de mencionar los cultivos de ciclo corto en materia de hortalizas, plátanos, guineos y víveres.
Ocurrió, que a los tres meses de implementado ese mecanismo de crecimiento y desarrollo humano los dominicanos de aquella época, cerca de un millón de personas, pudieron paliar los efectos económicamente negativos de la guerra en marcha. ¿Por qué ahora no se hace igual y se vuelve a lo del fundo de diez tareas, cuando esa ley nunca ha sido derogada?
En la vida actual, la clase política representada en el PRD versión PRM no es precisamente una que mire a favor de los demás y solo de los miembros de ese partido, quienes para nada tienen en cuenta a la generalidad de los dominicanos y si ahora que se dice que el Bagrícola dizque que va prestar dinero de cero a 250 mil pesos para quien tenga un predio de no más diez tareas y lo cultive, creemos que sería la oportunidad para que Abinader se luzca y deje a un lado todos esos bonos limosna que no resuelven nada y sí haga uno que solo sea de tierra para cultivar y con un préstamo del Bagrícola a lo inmediato y sin importar si la persona tiene o no una propiedad propia o el usufructo de una posesión, que como los códigos hablan, vale igual a título. (DAG-Ojo)