Desde el 2002 hasta el presente, la mayoría de los legisladores y exlegisladores que hubiesen vendido sus exoneraciones o las hubiesen cedido, caen dentro del espíritu represivo de la Ley de Extinción de Dominio por violar los artículos 11, 13, 21 y 25 y lo que en líneas generales constituye enriquecimiento ilícito.
Como la ley y al haber sido promulgada, todavía hay que esperar un año para que entre en vigencia, el 28 de julio de 2023, entendemos que los mismos legisladores se apresurarán a corregir “la distorsión” y al hacerlo, quedarán al descubierto como individuos de una moral laxa.
Asumimos que ahora muchos de ellos se darán golpes de pecho y al quedar al descubierto que no leen al completo los proyectos de ley o que responden a presiones y como parece ser el caso, del Poder Ejecutivo y de la embajada USA. ¡Infelices! (DAG-Ojo)