Las guerras no se ganan con buenas palabras. Las declaraciones y los discursos son necesarios para animar a la población y justificar la legitimidad de las acciones militares, pero son insuficientes para derrotar al ejército ruso.
La alianza formada por Estados Unidos, la UE y la OTAN ha garantizado la supervivencia de Ucrania. No bastaba la firme resolución del pueblo ucraniano, porque las guerras necesitan de importantes medios tecnológicos y armamento de última generación.
En el siglo pasado, Polonia se enfrentó con éxito al Ejército Rojo y el conflicto concluyó con la Paz de Riga (1920). Los polacos habían sufrido durante siglos el imperialismo ruso. Finlandia tuvo que hacer frente a la invasión soviética en la Guerra de Invierno (1939-1940) y cedió algo más de la décima parte de su territorio, que representaba un tercio de su economía, aunque las pérdidas de su enemigo fueron enormes.
Un pequeño país como Finlandia resistió con gran valor y la Unión Soviética quedó desprestigiada a pesar del botín que logró. Los historiadores coinciden en que fue un acicate para los planes de Hitler de poner en marcha la Operación Barbarroja en junio de 1941 para invadir Rusia.
Los ejemplos sobre la conflictividad fronteriza como consecuencia del imperialismo ruso afectan a todos sus vecinos a lo largo del tiempo y explican sus temores ante la guerra de Ucrania y las ambiciones del autócrata.
Alemania ha decidido dar el paso que se le exigía. No solo ha levantado sus objeciones a la cesión, por parte de terceros países, de los tanques Leopard, sino que aportará 14. Lo más importante es que Biden se compromete a enviar 31 carros de combate M1 Abrams. Francia y Gran Bretaña seguirán sus pasos. Es una victoria del presidente ucraniano, pero también del canciller alemán, ya que los militares estadounidenses eran reticentes.
El Abrams es complicado de mantener y utilizar a la vez que su consumo de combustible supera al alemán. En cualquier caso, el compromiso aliado es absoluto y no importan las consecuencias de la escalada.
La llegada masiva de blindados es un grave contratiempo para los planes del Kremlin, ya que su enemigo contará con una gran capacidad de fuego. La cuestión es saber cómo reaccionará el peligroso e imprevisible Putin, porque la victoria ucraniana sería su fin. Por: Francisco Marhuenda [La Razón]
